Hora crepuscular que nos convida a una belleza creada para nosotros, con solo contemplar estos cipreses que expresan lo perenne y que flanquean ese árbol desnudo que se encuentra en el centro. Todo es cosmos aquí: la luz solar en retirada, la belleza del
Hora crepuscular que nos convida a una belleza creada para nosotros, con solo contemplar estos cipreses que expresan lo perenne y que flanquean ese árbol desnudo que se encuentra en el centro. Todo es cosmos aquí: la luz solar en retirada, la belleza del cielo con su azul y sus nubes y la tierra entregada a los ritmos del tiempo. Lo perenne y lo efímero aquí se complementan en la quietud serena de los árboles.
Texto: José Luis Puerto / Imagen: Rosa Gómez
Desde la Iglesia de La Virgen del Robledo (Sequeros) se observan los atardeceres más bonitos de la Sierra