¡Por fin!

Esta semana el Ayuntamiento de Salamanca y la Universidad han hecho público que, tal y como le había solicitado previamente en varias ocasiones el Colectivo Ciudadanos del Reino de León, finalmente el fundador de la Universidad de Salamanca, el rey Alfonso IX de León, contará con un medallón propio en la Plaza Mayor de Salamanca.

Ciertamente, es un paso que creo necesario, por cuanto supone honrar la memoria de quien fundó una universidad a la cual Salamanca debe casi toda su vida y actividad, y como tal lo mostré en enero en mi artículo 'Medallón para Alfonso IX de León', así como previamente en "La Plaza Mayor y sus medallones" en diciembre de 2016.

Por otro lado, me sigue pareciendo increíble que el fundador de la USAL haya tenido que esperar casi tres siglos a tener su propio medallón, y ver cómo se han ido labrando 66 medallones previamente -67 si contamos el ya retirado de Franco-, algunos de ellos de personajes sin relación alguna con Salamanca (como Fernán González, García Fernández, Alonso de Aragón, Diego López de Haro, etc.).

Asimismo, cabe señalar que los primeros medallones tallados en la plaza fueron los del Pabellón Real, que se esculpieron mayoritariamente entre 1730 y 1731, siguiéndoles los del Pabellón de San Martín, realizados entre 1733 y 1734.

No obstante, pese a su importancia histórica para la ciudad y la provincia, los reyes leoneses no salieron muy bien parados en el repertorio de medallones de la Plaza Mayor y, de hecho, ninguno de ellos posee un medallón actualmente (ni tampoco una estatua en otra parte de la ciudad).

Así, Ramiro II está ausente del programa iconográfico que muestran los medallones del ágora capitalina (pese a haber reconquistado y repoblado la ciudad de Salamanca), y otro tanto se puede decir de quien le dio fueros, Alfonso VI de León, o del creador de la Diócesis de Ciudad Rodrigo y de su concejo y el de Ledesma, Fernando II, todos ellos sin medallón pese a su importancia en la historia salmantina.

Sin embargo, parece que Alfonso IX romperá una lanza en favor de dignificar su labor y, de paso, la del empeño acontecido hasta ahora de dar la espalda a todo lo que tenga que ver con el Reino de León. Claro, que habría que ver si, de no mediar el octavo centenario de la USAL, se hubiese tomado dicha decisión, que seguramente no hubiese sido así.

En todo caso, como exalumno de la Universidad de Salamanca, me resulta enormemente satisfactorio que, por fin, el fundador de mi alma máter vaya a tener su sitio en la Plaza Mayor que, por otro lado, es la plaza más bonita del mundo y que, con el nuevo medallón, será mucho más salmantina también en lo simbólico.

Ya era hora de que se hiciese justicia en la Plaza Mayor con Alfonso IX de León. Y aunque haya tardado casi tres siglos en llegar el medallón? Nunca es tarde si la dicha es buena.