El pintor mogarreño ha presentado en la Biblioteca de la Casa de las Conchas el catálogo "Del Jardín del Bosco", fruto del diálogo entre su último proyecto y los fondos del Museo Regional de Guarda (Portugal)
"Del Jardín del Bosco" es un proyecto que Florencio Maíllo inició en 2014, originalmente, para ilustrar el libro de poemas de Luis Melero Marcos "Trazado sin rumbo".
Estas ilustraciones se hicieron grandiosamente, en cantidad y en calidad. Una obra que fue creciendo según pasaban los meses, sobre todo, por la inspiración encontrada en la ciudad portuguesa de Guarda. El resultado de esa interacción ha dado lugar a este catálogo, que pretende perpetuar el espíritu y las sensaciones vividas a través de esta exposición en el Museo de Guarda desde el mes de diciembre de 2016 hasta marzo de este año.
Más de 300 cuadros han acabado por conformar este proyecto, que inicialmente contaba con la mitad cuando pasó en Salamanca por la sala de exposiciones de La Salina y por el Centro Cultural Hispano-Japonés, por el Jardín de El Bosque de Béjar ?donde expuso 50 de estas piezas-, y por el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid. En estos dos últimos años, la inspiración encontrada en las piezas de carácter etnográfico del Museo Regional de Guarda, ha hecho posible que este proyecto de Florencio Maíllo se haya enriquecido y desarrollado.
A esta exposición en Guarda, Florencio Maíllo la ha definido en su intervención hoy en la Casa de las Conchas como "momento cumbre en mi trayectoria". Afirma haberse sentido muy cómodo y muy bien acogido en Guarda, donde encontró unas piezas etnográficas en su Museo que resonaron mucho en él, pues afirma "soy de carácter humilde, rural; en mi viaje, la relación con los lugares y las piezas está muy presente".
Florencio Maíllo da mucho valor emocional a estas "coincidencias", considerándolas motores que impulsan su creatividad. Así sucedió cuando, paseando por las calles de Guarda, se detuvo en la Torre de los Herreros (Torre dos Ferreiros), delante de la "alminha" que preside su rincón interior. La señora que cuida del altar estaba realizando su tarea y Maíllo pensó que este lugar debía, por fuerza, guardar dentro de sí algo de la esencia de los que por aquí han pasado y se han detenido en un momento de recogimiento. Estaba próxima la primera edición del Simposio Internacional de Arte Contemporáneo (SIAC, 2016) y quería dejar a la ciudad de Guarda un retrato de Unamuno. Instintivamente, encontró este lugar favorable para colocarlo. La primera "señal" fue descubrir que Miguel de Unamuno se había alojado en el mismo hotel donde él se hospedaba, el centenario Hotel Santos. La segunda, descubrir en su libro "Por tierras de Portugal y de España" una crónica sobre la ciudad de Guarda donde, al llegar a este rincón de la Torre dos Ferreiros, al que Unamuno llama "el rincón del arco", describe una sensación similar a la que había vivido Maíllo. Así las cosas, desde junio de 2016, el altarcillo de la Torre dos Ferreiros en Guarda tiene un compañero: Miguel de Unamuno.
La exposición "Del Jardín del Bosco" ha sido una exposición de éxito en España y en Portugal, donde ha tenido el mejor hogar en la ciudad de Guarda. Las colaboraciones culturales entre Guarda y Salamanca son ya históricas y regulares, bien sea a través de la Diputación de Salamanca, la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, la USAL o el Ayuntamiento de Salamanca, entre otras instituciones.
El director del Museo Regional de Guarda, João Mendes Rosa, ha afirmado durante su intervención que no le gusta la palabra "transfronterizo", pues implica que aún está presente la frontera, sino que prefiere la palabra "ibérico". Ha citado a Eduardo Lourenço, a quien le gusta hablar de "homo ibericus", como alguien que no tiene partido político, ni bandera, ni himno ni sede. "Tiene un poemario, un catálogo de muchas cosas, como éste que presentamos hoy: el resultado de dos años de trabajo y mucha amistad", ha manifestado João Mendes Rosa.
El concejal de Cultura, Educación y Turismo de Guarda, Vítor Amaral, se ha referido a los dos simposios sobre arte contemporáneo realizados en 2016 y 2017 en la ciudad de Guarda, con gran colaboración española, como la del profesor José Fuentes y la del propio Florencio Maíllo, entre otros muchos artistas. Vítor Amaral ha dicho del profesor Maíllo que es "una persona extraordinaria que me ha calado hondamente y un gran amigo de la ciudad de Guarda". Ha aprovechado la presentación de hoy para agradecerle una vez más los retratos donados a la ciudad: el de Unamuno en la Torre dos Ferreiros y el de Eduardo Lourenço en el Centro de Estudios Ibéricos. Afirma haber aprendido mucho a través de los dos simposios de arte desarrollados en Guarda y, ahora que Portugal se encuentra sumergido de lleno en la campaña electoral de las municipales, espera poder continuar con la cooperación institucional mantenida hasta ahora con Salamanca y asegura que la ciudad ya está preparando el próximo simposio ?el tercero-, para el próximo año.
El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Salamanca, Julio López Revuelta, se ha referido a la proximidad, cada vez mayor, entre Salamanca y Guarda y se ha mostrado totalmente partidario de continuar estrechando los lazos entre las dos ciudades, ofreciendo espacios culturales de Salamanca para exposiciones promovidas por ambas.
Julio López Revuelta considera "muy ibérico" el viaje iniciático realizado por el profesor Maíllo a través de la inspiración encontrada en El Jardín de las Delicias de El Bosco, en el quinto centenario de su muerte. Le atribuye a Florencio Maíllo responsabilidad en la autoría de "borrar la raya que nos une más que nos separa" y se ha mostrado agradecido y orgulloso por poder contar en Salamanca con artistas como Florencio, del que ha dicho que "con su humildad lo puede todo".
Uno de los mejores amigos de Florencio Maíllo es Antonio Cea Gutiérrez, el primero que supo de este proyecto y uno de los amigos que le acompañará, junto con José Fuentes, en el desarrollo de su próximo desafío: una exposición sobre la figura de Castelao y sobre los "cruzeiros".
Florencio Maíllo ha dado un paso grande en su carrera después de esta obra tan sentida. Por sus palabras se deduce que ha disfrutado sincera y plenamente de esta relación azarosa surgida entre la USAL, Guarda y sus gentes, los viajes de Unamuno, El Bosco, el edificio herreriano que alberga el Museo de Guarda, Felipe II y el Jardín de las Delicias. Una amalgama de hilos conectores que da frutos. Una obra que perpetúa la complicidad de un artista con una ciudad, -Guarda-, y que ha inspirado e inspirará a muchos.
"Pero cuando se llega a un sitio hay que sacarle el jugo, sobre todo nosotros los forzados del cálamo. Es cosa terrible esto de ver algo para escribir de ello más bien que escribir porque se ha visto. Pero el oficio... y, una vez allí, no iba a perder el viaje.
A ratos tuve momentos de desfallecimiento y llegué a decirme: ¡si tuviera aquí un amigo!... pero rechacé al punto la tentación. Viajar en compañía no es viajar, pues quita al viaje su más íntimo encanto: la soledad. ¡No conocer a nadie! ¡No ser conocido!
Y allá me fui, en aquella destemplada tarde otoñiza, a vagar por las calles de Guarda.
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Voy a ver la puesta del sol; un incendio volcánico entre montañas de ceniza. Y luego me envuelve la melancolía otoñal de una villa desconocida. Pensando en cosas melancólicas voy a comer, que es una brutalidad fisiológica independiente del alma, según Camilo.
Por fortuna, los últimos días de Noviembre son muy cortos y pude acostarme a las siete, con una novela de Camilo a la cabecera de la cama. No sin antes dar un paseo por la villa y pararme ante la imagen del rincón del arco para pensar: ¡de qué tragedias calladas habrás sido mudo confidente!"
POR TIERRAS DE PORTUGAL Y DE ESPAÑA, Miguel de Unamuno (1911)