El hombre esculpió estos formidables farallones en el duro granito bañado por el río Duero, donde se encastró la presa más sorprendente de Europa, la que lleva medio siglo moliendo oro, cincuenta años generando electricidad para toda España, gracias a l
El hombre esculpió estos formidables farallones en el duro granito bañado por el río Duero, donde se encastró la presa más sorprendente de Europa, la que lleva medio siglo moliendo oro, cincuenta años generando electricidad para toda España, gracias a la fuerza del agua.
(Jclp)
Impresionante la Mirada de este martes en SALAMANCArtv AL DÍA gracias al gran fotógrafo Curro Mesa, cuyos ojos se han hecho a la belleza de Las Arribes. Una galería de imágenes tomadas desde los miradores del Fraile y el Picón de Felipe nos muestra la fuerza de un río que labra futuro en la piedra desde hace décadas y siglos en los páramos que la preceden.
SALTO DE ALDEADÁVILA
La Central del salto de Aldeadávila arrancó en noviembre de 1962 con su primer alternador y el 17 de octubre de 1964 fue inaugurada oficialmente con sus seis grupos de 120 Mw cada uno, 720 Mw en total. En 2014 se cumplirán por tanto las bodas de oro. Entonces fue la mayor central hidroeléctrica de la Europa occidental, orgullo de la ingeniería y de la técnica españolas, un logro para Iberduero (hoy Iberdrola) y para España. Ya en 1986 se construyó en el silencio del corazón de las rocas una nueva central, Aldeadávila II, con dos grupos de 210 Mw cada, subiendo la potencia de dicha central a 1.140 Mw. El Duero, que recoge todas las aguas de Castilla y León, luego pasa por estos angostos desfiladeros de poco más de 100 Km de Las Arribes fronterizas con Portugal con un desnivel de 450 metros ofreciendo las condiciones óptimas para los embalses en esta producción de energía.