Destacan búsquedas sobre alimentación y estilos de vida saludable, enfermedades diagnosticadas y síntomas para autodiagnósticos y soluciones
En Castilla y León, según la encuesta del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, el 54,3% de la población utiliza Internet para buscar información sanitaria, bastante menos no obstante que la media nacional que se sitúa en el 60.5%. Y es que en algunas comunidades, como la andaluza, su uso está tan extendido que lo utiliza el 75,1% y en otras, como la Navarra, apenas el 37%. Las mujeres hacen un mayor empleo de esta fuente de información (63%) que los hombres (57%). En cuanto a la edad, como ocurre en datos generales de uso de Internet, la mayor proporción se centra en los jóvenes de entre 16 y hasta los 49, a partir de esta edad baja considerablemente.
El empleo es pues alto y más si se considera solo la población internauta, en cuyo caso crece en 10 puntos el empleo de esta vía de informaicón. También hay una correlación en el empleo de este recurso con la formación: Aumenta cuanto mayor es el nivel académico. Y también es más habitual en el caso de las familias con hijos.
El mayor problema de este ya hábito es que no hay mucha selección en estas «consultas médicas extraoficiales», como las califica el informe. Un buscador es la principal vía de acceso. El 85% accede a datos sobre lo que le preocupa en salud de esta forma como primera e, incluso, única opción. Así las wikis, páginas de salud, redes sociales, blogs y webs de asociaciones de pacientes protagonizan estas búsquedas muy por encima de revistas y bases de datos especializadas. Y la frecuencia es considerable, el 24% ha buscado información la última semana y una cuarta parte lo hizo en el último mes. Además, son coyunturales, no regulares, relacionadas con síntomas o problemas que surjen en un momento dado.
El informe 'Los ciudadanos ante la e-Sanidad' también detecta que hay tres prácticas que destacan por encima del resto en relación a la búsqueda en Internet sobre temas de salud. Así, señala las búsquedas sobre alimentación y estilos de vida saludable, sobre enfermedades diagnosticadas y síntomas para buscar un autodiagnóstico y soluciones.
El 54,2% de la población busca datos sobre el primer aspecto, la nutrición tiene muchos adeptos en la red. Le sigue la búsqueda de información sobre enfermedades que han diagnosticado a uno mismo o a alguna persona cercana, algo que hace el 52,1% y el 50,9% busca síntomas. El objetivo final, el de quedarse más tranquilo.
Sin embargo, y pese a estas intensas búsquedas, el usuario resulta ser bastante escéptico.La confianza en estas páginas digitales «no es esencialmente muy significativa (37,7% confía 'mucho' o 'bastante' en dicha información, según la encuesta)». El Observatorio analiza además, no solo el rigor que se otorga a esta información sino la capacidad de comprensión de los datos a los que se accede. Destaca este análisis que Internet tiene una cantidad ingente de información, y a veces es complicado filtrarla. En muchos casos, «la información es difícil de encontrar o puede ser errónea o sencillamente, si estamos en un ámbito sanitario, que no sea claramente aplicable a la enfermedad o sobre los síntomas que se consultan».
Y, reflexiona que a estos dos aspectos, «podemos añadir una dificultad adicional:¿Hasta qué punto comprende o entiende la información suministrada de Internet?». Así detecta que más de la mitad de los usuarios asegura comprender 'siempre' o 'a menudo' la información de los diferentes medios; aunque un número muy importante (30,4%) dice no entenderla siempre y un 14,1% no la comprende nunca.
El Observatorio concluye así que la información de Internet «no tiene porqué ser errónea, sino que muchas veces es compleja o muy técnica y su aplicación real sujeta a matices y variables desconocidas para el ciudadano en general, haciendo difícil que lo entienda».
No obstante, el médico -eso está muy presente en los pacientes- es la fuente de información más fiable; de hecho, el 70% de la población dice que nunca la busca antes de una consulta. El porcentaje de personas que sí lo hace es realmente reducido, del 25,7% . Este es un dato, no obstante nacional, sin desglosar por comunidades. Además la inmensa mayoría termina por consultar con su facultativo la información leída.
Asimismo, una de cada cuatro personas utiliza las redes sociales para informarse sobre la salud; pero, en este caso, el recelo sobre la calidad de la información es mucho mayor y ni una cuarta parte confía en ellas.
Fuente: El Norte de Castilla