La Asocicación considera que Salamanca debe poner fin a la pérdida de restos arqueológicos y mostrarlos al público
La Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio se ha dirigido de nuevo a la Junta de Castilla y León, para que agilice los trámites y medidas correspondientes para preservar los restos arqueológicos que se han hallado en la calle San Pablo, esquina calle Buenaventura, en el solar que ocupaba el edificio del antiguo bar Sebas.
Este colectivo entiende que para proteger el patrimonio las Administraciones tienen que molestarse y considera que "Salamanca debe poner fin a la pérdida de restos arqueológicos y mostrarlos al público".
Comunicado de la Asociación "Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio"
La Asociación "Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio" nuevamente se ha dirigido a la Junta de Castilla y León, como Administración competente ante los hallazgos arqueológicos, para recordarle sus competencias y el respaldo legal hacia la conservación del patrimonio común el cual debe prevalecer sobre cuestiones urbanísticas, particulares y mercantiles.
La legislación, los reglamentos, el planeamiento, las ordenanzas, etc. son instrumentos legales más que suficientes para la que la actuación administrativa asegure la protección, conservación y la difusión del patrimonio, de cualquier tipo, importancia o propiedad. Su aplicación, obviamente, conlleva molestias, más cuando aquel no es de titularidad pública.
Una excavación arqueológica se fundamenta en los métodos empleados para la recuperación y registro, pero ésta es una actividad irrepetible puesto que conlleva la destrucción del hallazgo, o de buena parte del mismo en su afán por descubrir los restos de mayor antigüedad. Los profesionales que trabajan en nuestra ciudad lo son en mayúsculas, sin duda, y no avanzan en su trabajo sin tener buenas pruebas de lo que pueden descubrir en fases siguientes.
Infravalorar el patrimonio arqueológico, en Salamanca, supone una pérdida importante de nuestra riqueza, riqueza que se asienta en nuestro humilde pasado, además de privar del futuro acceso a ese conocimiento que generalmente sólo queda recogido en informes y expedientes en las estanterías de un archivo.
Nuestra sociedad debe ser más respetuosa con este pasado y ese patrimonio formado a lo largo de siglos y milenios. Por eso, documentar y levantar los descubrimientos es una gran responsabilidad compartida por todos. Debemos sopesar, por tanto, si queremos sustituir la historia por un garaje y dejar éste como "brillante" huella del siglo XXI a nuestros descendientes. Hasta la fecha así ha sido y el legado arqueológico ha quedado supeditado a nuevas necesidades de aprovechamiento bajo rasante; basta recordar lo acontecido en las bibliotecas universitarias Abraham Zacut y Vargas Zúñiga, en la sede de FunCOAL o en la parcela de El Candil, entre otros.
Pero ni siquiera allí donde los restos se han mantenido no podemos estar orgullosos de la gestión posterior que se ha hecho de los mismos. La ausencia de un horario de visitas, el abandono, la suciedad y, en definitiva, el olvido como primer paso hacia su desaparición son las notas con las que resume lo que sucede en San Nicolás, en San Lorenzo, en Geografía e Historia, en el Botánico o en el Patio de Comedias.
En conjunto los restos arqueológicos son un importante patrimonio, pese a nuestro humilde pasado, del que Salamanca carece en su oferta cultural, lo que a su vez hace que nuestra historia se presente fraccionada o con vacíos dado que buena parte del legado no se encuentra en condiciones adecuadas para ser visitado.