Original pregón de Juan Carlos Sánchez, lleno de creatividad, emoción y tono reivindicativo

(> La intervención íntegra de Juan Carlos Sánchez se puede encontrar aquí: http://salamancartvaldia.es/not/156494/intervencion-juan-carlos-sanchez-para-pregonar-martes-mayor-2017/).

Como marca la tradición, Ciudad Rodrigo arrancó las actividades del Martes Mayor en la víspera, con el clásico pregón, que este año tenía como importante novedad su momento de realización. Si habitualmente el pregón tenía lugar a última hora de la tarde, este año se desarrolló a primera hora de la noche, registrando el Teatro Nuevo Fernando Arrabal una gran entrada, con muchos familiares, amigos y conocidos del pregonero, Juan Carlos Sánchez. Entre ellos estuvo su 'jefe' a nivel de Diócesis, el Obispo Raúl Berzosa.

El pregonero fue presentado por la delegada de Ferias, Soraya Mangas, que hacía su debut en una cita de este tipo tras asumir la cartera el pasado mes de noviembre. Durante esa presentación, en la que desgranó numerosos detalles de su currículum, Soraya Mangas destacó de Juan Carlos Sánchez que, al igual que hay personas que tienen dos nacionalidades, el pregonero es "un destacado mirobrigense de Fuenteguinaldo" (precisamente, el alcalde de ésta localidad, Dionisio Sánchez, también estuvo en el pregón).

La intervención de Juan Carlos Sánchez rompió con cualquier esquema preestablecido para un pregón, siendo muy difícil de imaginar la puesta en escena y las sensaciones para aquellos que no estuviesen en el Teatro. De inicio, el pregonero se presentó como el "vendedor de sueños que soy, he sido y, si Dios quiere, creo seguiré siendo", explicando que "he intentado vender cosas imposibles, pero siempre he tenido algo de duende".

El pregón tuvo cuatro bloques ejerciendo a modo de separador una sandía, de la cual el pregonero fue cortando rajas (y comiéndoselas, e incluso bajando al patio de butacas a ofrecerlas), tras entregársela un mimo, el actor Daniel Gómez, que tras una gasa fue apareciendo en cada uno de los bloques del pregón. Cada uno de esos bloques estuvo dedicado a una época, contando con algunos efectos, encargándose de la parte técnica el joven Mario González.

> Viaje a cuatro épocas

La primera fue 1950, rindiendo un homenaje "a todos los comercios de nuestros pueblos, que se nutrían tantas veces de los comercios y tiendas de Ciudad Rodrigo" a través de su tía Salomita, relatando un viaje hacia Ciudad Rodrigo, en lo que era para ella "una fiesta", en la que "se encontraba con amigos y amigas de los pueblos, se salía de la rutina cenicienta de esa España de la segunda década de la posguerra".

El segundo trozo de sandía llevó a Juan Carlos Sánchez a 1975, al momento en que le trajeron al Seminario de Ciudad Rodrigo, explicando la cantidad de residencias de alumnos que había en la ciudad, que acogían a unos 1.200 alumnos de los cuales "el más beneficiado era el comercio de Ciudad Rodrigo". Sin embargo, en aquella época, "la comarca tenía ya una herida abierta, una hemorragia de esas que no se curan: la emigración", apuntando que a su tía Salomé también le había tocado emigrar años antes, en el 54.

Continuando con 1975, relató un viaje de sus padres un martes de octubre de aquel año hasta Ciudad Rodrigo, donde iban al Banco Español de Crédito o a hacer numerosas compras. Viaje tras viaje de muchos "padres y madres coraje", queriendo rendir "en mis padres y en sus sacrificios un homenaje a tantos padres y madres que en esos años 70 hasta los 80 tenían la ilusión renovada por formar a sus hijos con el deseo de que hicieran carrera, para lo cual no escatimaron sacrificios ni esfuerzos". En este momento hubo un aplauso para los padres.

El tercer viaje fue al año 2000, en los albores del Nuevo Milenio, cuando la Feria de Teatro ya iba por su 3ª edición, apareciendo en escena un programador. En este bloque repasó algunas iniciativas que se han ido haciendo en la ciudad, con el yugo continuo eso sí de la emigración. En este sentido recordó Las Edades del Hombre o el espectáculo Bienvenidos a la Realidad, apareciendo en escena el mismísimo Goya.

El cuarto y último viaje fue al año 2025, al futuro, en torno al cual hizo un reivindicativo alegato final esperando que desaparezcan todos esos carteles de 'Se vende' que hay por toda la ciudad (se proyectaron numerosos de ellos) y que son "una bofetada a esta tierra".

> El alegato final

Para el pregonero, en estas tierras hacen falta "dosis de conversión y unas muy buenas dosis de decisión", recalcando que "elegir lo que se quiere ser en el futuro no depende de sentarse en la puerta y que lo vengan a dar, ni mucho menos", mostrando cuáles son sus deseos futuros para esta tierra, por ejemplo en torno al campo ("que haya jóvenes emprendedores"), los comerciantes (que sean "atrevidos, sin estar a la greña con bobadas"), al patrimonio histórico, cultural y natural; o al casco antiguo de la ciudad: "que no sea un cementerio de elefantes", sino que los propietarios bajen los precios y alquilen.

Como dijo el propio Juan Carlos Sánchez, se unía al pregonero del Martes Chico, Sergio Olvidado, en que hay que quejarse menos de que no hay cosas y ponerse a hacerlas: "huye como de la peste de los que digan hay que, hay que, y haz tú, empuja tú, salta del sillón tú".

Gracias a iniciativas como la Feria, la industria audiovisual o la Farinato Race, Ciudad Rodrigo será "la ciudad de los eventos, o de los prodigios", parafraseando incluso unas palabras de Isaías hacia Jerusalén: "ya no te llamarán abandonada, ni a tu tierra desbastada, a ti te llamarán mi favorita, por el Señor te prefiere a ti".

Concluido el pregón, apareció en escena el alcalde Juan Tomás Muñoz, quién además de hacerle entrega de un obsequio en forma de panorámica de Ciudad Rodrigo, vino a hacer un resumen de la intervención, considerando que había "conmovido conciencias, poniendo puntos sobre las íes, siendo un aldabonazo, y una colleja que nos has dado a todos". Para el alcalde, fue un pregón "incisivo, crítico con lo que se hace y esperanzador".

Como detalle final, a la salida del Teatro todos los que quisieron pudieron degustar un trozo de sandía.