Cumple su sueño y sale en volandas con Manzanares tras brillar con un buen sexto de García Jiménez en el día de su estreno
Una vez escuché que es más fácil dar consejos que sufrir con fortaleza la adversidad. Cuando el alma conoce el desaliento se valora más si cabe el gozo y la locura de lo bueno. Sufrir con fortaleza hace que el triunfo sepa a gloria y hoy la gloria salió en volandas en el cuerpo de quién solo es un niño y hoy se ha retado con los mandones de frente.
Alejandro Marcos dormirá pleno ya como matador de toros, con mucho por pulir, pero con la sensación de haber cumplido el objetivo, con el gozo de saber que el sueños a veces están para cumplirse, y se hizo el gozo cuando por chiqueros salió 'Boticario' a quién Marcos va a tardar en olvidar. Por bravo, por trasmisión y raza. Metía la cara cuando le recetó cuatro verónicas y una media de clase y empaque, y apretó en el peto, y humilló a la ajustadas chicuelinas que anunciaba que el salmantino había venido a Santander para quedarse. Rodilla en tierra tocó los vuelos y se entregó el de la Fuente. Más corazón que cabeza. Se gustó al natural y sentenció por la diestra series hondas, encajado y con la raza del que no tiene nada y lo quiere todo. Desesperante los aceros, tarea por hacer, pero era su día, estaba su gente, y merece lo hoy sentido porque es Alejandro de los que soporta y resiste, de los que respira y traga hondo para ser capaz de sobreponerse a la situación cuando con 'Esaborio', su primero, no salieron las cosas por culpa de la espada, otra vez.
Soportó y venció Marcos mientras veía desde el callejón el momento de Manzanares. Versión suave y despaciosa. Muy templado José Mari que entiende como pocos las embestidas y mueve las muñecas a base de suavidad, en sus dos actuaciones, mando, poder. En volandas con el salmantino en el día de su doctorado mientras a pie salió un Talavante que está donde los genios manejan la bamba y toca los vuelos con muñecas de goma. Cabeza, talento y coraje en la ejecución y sitio para soplarle pases plenos de pureza al natural. Maneja el percal como pocos a base de ofrecer el pecho sin un mal gesto para que el toreo fluya a cuerpo entero.
Mientras se tenga un deseo, hay una razón para vivir. Lo sabe hoy más que nunca un Alejandro Marcos cuya razón para vivir es el kilómetro 0 desde el que parte con la moral intacta, con la cabeza ya dentro en una vida de sacrificios que está dispuesto a asumir.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Tercera de la feria de Santiago. Corrida de toros. Lleno. Seis toros de García Jiménez.
- José María Manzanares, palmas y dos orejas.
- Alejandro Talavante, oreja y silencio.
- Alejandro Marcos, que tomaba la alternativa, palmas y dos orejas.
Fotos: María Fuentes / cultoro.com