BOADA | 180 kilos de costilla y otros tantos de panceta, además de 80 de chorizo y melón de postre, fueron repartidos entre los asistentes
Nada mejor que despedir unas fiestas que con un buen sabor de boca. Así lo han entendido en Boada desde hace ya algunos años, por lo que el broche a sus fiestas del Santísimo lo puso una vez más una parrillada. Después de una accidentada paellada el día antes como consecuencia de una gran tormenta, que obligó a prescindir del arroz en la comida y prepararlo de cena, el último día de celebraciones se cerraba con juegos infantiles y una copiosa parrillada a base de panceta, costilla de cerdo y chorizo cocido en vino, muy rico, por cierto.
En total, 180 kilos de costilla y otros tantos de panceta, además de 80 de chorizo y melón de postre, fueron repartidos por el grupo de colaboradoras, a las que se sumaron los asadores encargados de las parrillas, y entre todos ellos algunos concejales y concejalas del Ayuntamiento.
Por otro lado, antes de la cena, los más pequeños también tuvieron su momento en las fiestas. Un gran parque infantil con hinchables, tren turístico, toro mecánico y hasta juegos acuáticos hicieron las delicias de los más pequeños.