Miles de personas viajan en el tiempo para sentir de cerca cómo fue liberada Miróbriga

Ciudad Rodrigo realizó en la tarde del sábado, con el seguimiento de miles y miles de personas, un duro y realista viaje a enero de 1812, al momento en que las tropas inglesas lideradas por Wellington procedieron a la liberación de la ciudad tras año y medio bajo dominio francés.

Ese viaje en el tiempo fue el momento más esperado de la Recreación Histórica Internacional que se está desarrollando durante este fin de semana gracias a la iniciativa de los Ayuntamientos de Ciudad Rodrigo y Fuentes de Oñoro, Adecocir y la Asociación Tiradores de Castilla, que parece que han acertado con el evento por la expectación que ha despertado y el devenir que está teniendo, aunque también ha tenido sus cosas negativas.

La principal, como ya publicamos en la información relativa a los actos de la mañana sabatina, es el calor, que acabó por alterar los planes de la tarde. Inicialmente, la actividad bélica iba a comenzar a las 5 de la tarde, pero ante las altas temperaturas previstas para esa hora, se decidió retrasarlo un par de horas, hasta las 7. Curiosamente, durante esas dos horas, el cielo se nubló, lo que hizo un poco menos agobiante el seguir la recreación, aunque las temperaturas y la sensación de bochorno seguían siendo bastante altas.

Al empezar más tarde, y para no causar retrasos en las otras actividades previstas para la noche sabatina, la idea era 'concentrar' las 4 horas iniciales de batalla en apenas 2. No sabemos cómo habría sido el formato 'largo', pero lo cierto es que la versión 'corta' acabó siendo bastante idónea, y de hecho ni siquiera llegó a esas dos horas (duró un poco más de hora y media).

El inicio 'oficial' de la Recreación se puede considerar que fue la colocación de unas banderas francesas en la Torre de las Campanas de la Catedral, para reflejar quién estaba dominando dentro de murallas. Tras el lanzamiento de un cohete (como el que marca el inicio de los fuegos artificiales), comenzó la verdadera actividad bélica, comenzando por los cañonazos de las tropas aliadas (lideradas por los ingleses) desde la zona del Caño El Moro, que causaron impresión a todo el público congregado.

Poco a poco empezaron también los cañonazos y los disparos por parte de las tropas francesas desde la muralla, viviéndose unos minutos de continuo intercambio, hasta que las tropas aliadas decidieron por fin empezar a subir por el glacis del foso, hasta vivirse enfrentamientos de cerca entre ambos ejércitos, e incluso algunos combates cuerpo a cuerpo.

Como decíamos más arriba, todo este espectáculo fue seguido por miles y miles de personas ?algunos de ellos desde sus casas- que se fueron moviendo cada uno por donde quiso (salvo por las zonas 'prohibidas'), teniendo cada uno de ellos una visión diferente del Asedio, cuyo 'final oficial' podríamos decir que fue el momento en que las banderas británicas sustituyeron a las francesas en la Torre de las Campanas de la Catedral, aunque posteriormente todavía siguieron los disparos en la Puerta de Sancti-Spíritus.

A lo largo de todo el Asedio hubo varias bajas. Además de los 'muertos' en el combate (uno de ellos rodó un poco por el glacis cosechando muchos aplausos cuando 'resucitó'), Cruz Roja tuvo que realizar varias intervenciones, al menos dos por mareos por el calor. Por cierto, que varias integrantes de la Asociación Amanecer ejercieron de 'aguadoras' durante toda la tarde (otras integrantes de la Asociación se quedaron al cuidado de los campamentos mientras los recreadores estuvieron en el campo de batalla).

El final de la Recreación fue un poco 'caótico', con las tropas moviéndose de un lado para otro sin un destino concreto (algunas fueron a la Plazuela de Herrasti, estuvieron allí un poco y se marcharon principalmente hacia las terrazas de la Plaza Mayor). En esa Plazuela de Herrasti, la actividad bélica concluyó con una serie de salvas en memoria de Andrés Pérez de Herrasti, un acto deslucido, con apenas una decena de recreadores y el público que quedaba por allí en ese momento.

Tras unos minutos de espera, las actividades finalizaron con un concierto de la Coral Dámaso Ledesma, que arrancó con las 'tropas francesas' montando en un camión sus cañones.