Desbordante asistencia a una Ruta de los Malditos con más actores y efectos especiales

La Ruta de los Malditos impulsada el pasado verano por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo a partir de una idea original de varios jóvenes mirobrigenses, alcanzó en la noche del sábado su cénit, con una edición revolucionaria que tuvo una asistencia totalmente multitudinaria.

Si ya de por sí la Ruta de los Malditos suele tener una gran asistencia, el reclamo de que la cita de este mes (en una noche totalmente veraniega) era una Ruta especial con motivo del Asedio, hizo que la cita estuviese totalmente masificada: en la salida había cerca de 400 personas.

Aunque el speaker de la Ruta, Sergio Olvidado, indicó al inicio que los mirobrigenses tendrían más oportunidades durante el verano, todos los que se congregaron en las Puertas de Amayuelas para hacerla recorrieron al menos el primer tramo.

Posteriormente sí que hubo algunas bajas, ya que el principal problema era poder oír con claridad los comentarios que hacían tanto Sergio Olvidado como la actriz Popy Vegas, que una vez más llevó el peso principal en la parte actoral, estrenando personajes respecto a la Ruta original, como el de Lorenza Iglesias o el de un niño, Cayetano Fuentes (por el contrario, hubo varios personajes habituales que 'no aparecieron').

Eso sí, esta vez no estuvo sola, ya que la velada contó con varios integrantes de la Asociación Rodericus, que aparecieron en escena en diferentes momentos, principalmente como soldados, en el foso, a los pies de la Casa Consistorial, o en el número final en el Palacio de Montarco.

Asimismo, hubo otras dos personas que se metieron en la piel de los enamorados Magdalena y Antonio, que están enterrados en la Iglesia de Santo Tomé que oculta la muralla a la altura de la calle Campofrío. Estos personajes aparecieron en la propia muralla, a donde subió por primera vez la Ruta de los Malditos (se subió y se bajó por las escaleras del Registro).

Además, la velada también contó con 'efectos especiales', en forma de tracas, petardos o bengalas en varios puntos (lo que hizo que siguieran parte de la ruta varios Bomberos extintor en mano por si había algún problema). En el foso, esas tracas sirvieron para recrear el fusilamiento de un francés por parte de unos soldados. Posteriormente, estos soldados secuestraron ?a la altura de la Puerta de Santa Cruz- a varias mujeres.

El primer tramo de la Ruta, salvo por las apariciones especiales, fue en cierta medida similar a la normal, pero el tramo final fue muy diferente, incluyendo un paso por los campamentos donde están las tropas británicas, donde había precisamente un grupo cenando, momento que se aprovechó para poner en valor la realización de las recreaciones no sólo como espectáculo sino para conocer la historia.

Una vez concluida la Ruta en el Palacio de Montarco, todos los involucrados en la misma recibieron una larga ovación.