La extraordinaria labor de los perros de asistencia

Además de estupendas mascotas, los perros han demostrado un gran potencial y destreza que, con las técnicas adecuadas de adiestramiento canino, ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas con diferentes tipos discapacidad física, psíquica o sensorial. Los perros de asistencia forman un equipo con la persona, siendo un fiel apoyo para el desarrollo de las labores propias de la vida cotidiana y para superar barreras físicas y emocionales. Son, sin duda, un extraordinario ejemplo de porqué el perro es el mejor amigo del hombre.

Detrás de la labor que realizan estos perros (tareas de apoyo, auxilio, de asistencia...) están asociaciones como PAAT (Perros de Asistencia y Animales de Terapia), asociación sin ánimo de lucro, de ámbito nacional, que inició su andadura en 2008, primero en Zamora y trasladando posteriormente su sede a Salamanca (Centro Luis Vives). Informar, formar y sensibilizar sobre la labor que realizan estos perros es uno de sus objetivos prioritarios, así como su preparación y adiestramiento para su posterior entrega a personas con distintos tipos de discapacidad o situaciones especiales en las cuales un perro de asistencia pueda ayudarles.

Desde la selección del cachorro hasta su entrega como perro de asistencia, "hay un proceso de educación muy largo", tal y como subraya Javier Mateos, presidente de PAAT, y en el que hay que tener muy en cuenta el bienestar del animal. Durante el primer año el cachorro crecerá en una familia de educadores o familia de acogida. Si al año cumple con las expectativas, empezará su entrenamiento.

El adiestramiento del perro depende del tipo de trabajo que realizará, la raza y el destino. En principio no hay una raza predeterminada para ser perro de asistencia, aunque sí hay algunas que, por su carácter, son más fáciles de adiestrar, como es el caso de los Labradores o los Golden Retriever. Como señala Javier Mateos, hay una serie de características que el perro debe reunir, como ser animal estable, tener un carácter, dócil, afectuoso, tranquilo y con un comportamiento previsible.

La asociación PAAT cuenta con dos entrenadores especializados en el adiestramiento de perros guía y de asistencia y "cuya experiencia es imprescindible para la realización de los programas de animales de asistencia".

Además del programa de perros de asistencia para discapacitados físicos, PAAT también trabaja en un programa de asistencia para familias de niños con autismo, trastornos del desarrollo o problemas de comunicación; y participa en programas de terapia asistida con perros para ayudar a los terapeutas en su labor de mejorar la salud emocional de los pacientes.

Familias de educadores

Las familias de educadores son "cómplices del trabajo de PAAT", desempeñan "una de las labores más generosas", apunta Javier Mateos. Su labor es muy importante para la sociabilización del cachorro que entraría a formar parte de sus vidas una vez cumplidos los dos meses y aproximadamente hasta el año de vida. Durante este tiempo hay un segumiento del cachorro por parte de los profesionales de la asociación, a través de la que posteriormente podrán ir conociendo sus logros como perro de asistencia.

Otra forma de apoyar la labor de PAAT es hacerse socio, con una cuota de 50 euros/año para colaborar en la alimentación de los cachorros, vacunación y veterinario, y la formación posterior que, como señalan desde la asociación, "sin duda cambiará a una persona".