CIUDAD RODRIGO | El Obispo Raúl Berzosa apunta que hay hasta 5 opciones/ideas para el Convento
El Convento de las Madres Clarisas de Ciudad Rodrigo tuvo que cerrar sus puertas el pasado mes de febrero debido a la marcha de las monjas de origen keniata que había en el mismo (algunas regresaron a su país y otras se marcharon a otros conventos), lo que llevó a recolocar de forma temporal en otros conventos a las tres únicas monjas que quedaban, todas ellas españolas.
Pasados más de tres meses desde el momento del cierre, aún no se ha tomado una decisión definitiva en torno al Convento, como explicaba en la mañana del martes el Obispo de la Diócesis Raúl Berzosa, aunque según él mismo explicaba sobre la mesa puede haber hasta 5 opciones/ideas, incluida alguna totalmente revolucionaria.
La que nadie desea es evidentemente la del cierre definitivo del Convento tras casi 8 siglos de historia (se considera que fue fundado todavía estando viva Santa Clara), pero es una opción posible debido a que el resto de opciones, aunque permitirían la reapertura, implicarían ciertas dificultades de cara a la subsistencia.
Por un lado, hay dos opciones que pasarían por la reapertura del Convento con las tres monjas españolas que había en el momento de su cierre con refuerzos llegados, por un lado, de otros conventos del territorio nacional, o bien, procedentes de otros países. En esta doble opción, el problema sería ver con cuánta gente se puede llegar a contar, ya que según apuntaba Raúl Berzosa, El Vaticano está estudiando imponer algún número mínimo de personas en los conventos (se habla de 10 o 12), que en estos casos sería difícil de reunir.
Otra opción para el Convento de Las Claras sería que fuese ocupado por otra comunidad, también de la Orden de las Clarisas, pero totalmente nueva, llegada de otro país, posiblemente de Sudamérica. En todas las opciones de reapertura expuestas hasta ahora, el principal problema sería de qué podrían vivir las hermanas (Las Claras tenían como fuente de ingresos la venta de dulces).
La quinta y última idea que Raúl Berzosa piensa que podría ser posible para el Convento de Las Claras es la más revolucionaria, y pasa porque el Convento deje de ser ocupado por una congregación femenina como ha ocurrido durante toda su historia, y pase a estar ocupado por una congregación masculina en usufructo (es decir, que el día de mañana podrían regresar las Clarisas si se diesen las circunstancias).
Sería precisamente esta opción la que tendría visos más claros de subsistencia, ya que los frailes o monjes podrían oficiar misas por toda la Diócesis (ayudando a paliar de esta forma la progresiva escasez de sacerdotes -la media de edad en la actualidad del presbiterio es de 67 años-), con lo cual recibirían un sueldo como todos los sacerdotes diocesanos, que les permitiría subsistir sin problemas en el Monasterio.
La decisión final en torno al futuro del Convento de las Claras la tomará el denominado Capítulo de la Orden de las Clarisas.