El IES Tierra acumula un año más Kilómetros de Solidaridad a favor de Save the Children
CIUDAD RODRIGO | Algo más de medio centenar de alumnos realizaron corriendo los tres kilómetros de recorrido
Al mismo tiempo que los padres y madres del IES Tierra de Ciudad Rodrigo se acercaban al centro en la mañana del viernes para recoger las notas correspondientes a la 2ª evaluación de este curso de sus hijos, éstos se 'alejaban' del centro con motivo de la gran cita solidaria anual del centro: la carrera/marcha Kilómetros de Solidaridad a favor de la ONG Save the Children.
El evento tuvo el formato habitual, arrancando todos los participantes (la mayor parte de los alumnos y algunos profesores) en la puerta trasera del instituto, desde donde pusieron rumbo hacia el entorno del río por la Ronda de San Pelayo, calle Caridad, calle Iberia y la Avenida de la Concha. Los participantes llegaron hasta la antigua fábrica de harinas de la Concha, donde estaba situado el punto de control de la actividad.
A continuación pasaron por la isla del Picón y la Alameda Vieja, para deshacer el camino por la Avenida de la Concha, las calles Iberia y Caridad, la Ronda de San Pelayo, y la calle Escuelas, para totalizar unos 3 kilómetros de recorrido, que estuvieron marcados por el frío, en contraste con la soleada jornada en que se realizó el evento el curso pasado (cuando tuvo lugar en mayo).
La mayoría de los alumnos hicieron el trayecto de la mañana del viernes andando, aunque hubo medio centenar que lo hicieron corriendo, intentando tardar lo menos posible. La primera persona en regresar al IES fue Iosu de la Calzada, por delante de Jorge Muñoz y Ángel Macarro, que compartieron la segunda plaza. Tanto Iosu de la Calzada como Jorge Muñoz figuran en el 'podio' del evento por tercer año consecutivo. En féminas, repitió 'victoria' Ruth Vicente, seguida de Sara Román, que también estuvo en el podio el año pasado.
Tras ellos, se inició un largo reguero de alumnos y profesores, cada uno de los cuales tenía un carnet en el que debía haber recogido patrocinadores, que se habían comprometido a abonar cierta cantidad económica por cada kilómetro recorrido. Precisamente, al llegar al IES, todos los participantes tuvieron que pasar por el gimnasio del IES para certificar que habían completado la actividad, encargándose del control otros alumnos. Para reponer fuerzas, se repartieron manzanas y botellas de agua.