CIUDAD RODRIGO | El alcalde Juan Tomás Muñoz tuvo durante el acto un recuerdo para José Grande 'Pepe Geromo', fallecido unas horas antes
(> El pregón íntegro se puede leer aquí: http://salamancartvaldia.es/not/141399/pregon-integro-fernando-mirat-arellano-para-asociacion-amigos/).
El PreCarnaval Cultural de Ciudad Rodrigo tuvo en la mañana del domingo la única cita (dentro de los pregones 'mayores') que se celebra fuera del recinto amurallado, el pregón de la Asociación de Amigos del Alguacilillo, que este año regresó a los salones del Centro de Capacitación Agraria tras un año de 'exilio' en el Colegio El Puente.
Los integrantes de la Asociación, junto su pregonero Fernando Mirat y miembros de la Corporación, llegaron hasta el Centro de Capacitación Agraria en una comitiva que contó con la alguacililla Patricia Zamarreño y el tamborilero Juan Antonio Muñoz. Tras las preceptivas fotos de familia a la puerta, el acto en el interior de los salones se inició con el clásico discurso de bienvenida de Tato Galerías, quién dio las gracias al Alcalde por el empeño que había puesto para que el pregón se realizase en ese espacio.
Al final del acto el alcalde Juan Tomás Muñoz recogió el guante dando a su vez las gracias a la Junta de Castilla y León y a los responsables directos del espacio en Ciudad Rodrigo. Por cierto, durante su intervención el alcalde tuvo un recuerdo para dos personas: el ganadero José Grande, 'Pepe Geromo', fallecido en la mañana del domingo, y para la integrante de la Asociación Pilar Pastor, también ausente, en este caso por una buena noticia, el nacimiento de su nieta.
Juan Tomás Muñoz calificó como "histórico, reivindicativo y crítico" el pregón que acababa de ofrecer Fernando Mirat en el pueblo que según el propio pregonero explicó le vio crecer (aunque nació en Ávila donde su madre estaba en ese momento). El pregonero ?que fue presentado por Lauren Risueño- dedicó la primera parte de su pregón a hablar del acto de despejo de plaza que realizan los alguacilillos, en la actualidad, "un puro formulismo que ha quedado como una costumbre secular practicada en todas las plazas".
Con referencias literarias, habló de los paseíllos, y de los que tomaban parte en los mismos, incluidos perros. En el caso de Ciudad Rodrigo, indicó que el despejo "lo solían hacer los municipales, con sus abrigos azules de paño descolorido por el uso". Continuando con el asunto, llegó el turno de hablar de los alguaciles, que también se encargaron del despejo, recordando a uno de ellos, Pedro Vergel, famoso en la época de Felipe IV, y de un personaje que le vilipendiaba, Juan de Tassis y Peralta, Conde de Villamediana.
Fernando Mirat compara la tauromaquia con un "viejo olmo"
El núcleo duro del pregón lo dedicó a reflexionar sobre la situación actual de la tauromaquia, "un viejo olmo seña de identidad de muchos pueblos de España". Para Fernando Mirat, "la tradición y los valores que representa no se deben perder", pero "no se debe dejar todo a la tradición, pues llega un momento que no da para más", apuntando que hay "costumbres y gustos de antaño que no son bien entendidas por el relevo generacional".
Concretamente señaló que "los espectáculos taurinos fuera de los aires folclóricos se han convertido en una actividad marginal que convoca asiduamente solo a unos pocos".
Para el pregonero, la tauromaquia ha evolucionado "pero no ha progresado" por lo que está ante la encrucijada de "renovarse o morir: hay que plantearse nuevos retos, nuevas iniciativas, nuevos enfoques para hacerla más atractiva", comparándola con "nuestro inolvidable 'Árbol Gordo': tiene enfermedades que le son propias, si bien, se aplican remedios paliativos que mejor cuadran en cada momento, pero no hay programas definidos para curar y prevenir".
Desde su punto de vista, "hay demasiada dispersión de intereses y una falta de objetivos que debieran ser comunes; hay unos pocos que mandan y cada uno por su lado intenta imponer sus normas sin pensar en las repercusiones negativas hacia los demás", añadiendo que "toro, torero y taurinos no acaban de encontrar puntos comunes que sirvan de apoyo al progreso".
Para Fernando Mirat, "falta lo esencial, la voluntad, la aptitud para la acción organizada y persistente, la imaginación", frente a "demasiadas ambiciones egoístas, y 'reinos de Taifas' que concluyen en guerras internas", lo que "ha ido desarrollando una tauromaquia plana, carente de intensidad, de creatividad".
En conclusión, "se ha seguido una evolución sin progreso, y eso la está matando; si volvemos la vista atrás, veremos que muchas cosas se hacen como hace ciento cincuenta años o más".
Fernando Mirat entiende que "una parte del progreso es la enseñanza basada en la tradición", para que así "pueda ser entendida en su gran dimensión; desde el aire de fiesta popular y folclórico hasta la solemnidad de los grandes acontecimientos".
En torno al conocimiento, mencionó que el periodismo taurino "parece que responde a unos intereses económicos que nadie se atreve a ultrajar por si las moscas", entendiendo que "no hay nadie que imprima carácter, que polemice, que mantenga la tauromaquia viva".
El pregón finalizó con una parte más literaria que llamó 'El arte mágico al viento' para alabar a Morante, mencionando incluso a Fernando Arrabal en una corrida en Las Ventas cuando le dijo a Morante que era "el Neptuno de la tauromaquia".
Concluida la intervención de Fernando Mirat, y tras la entrega de unos obsequios a él y a su mujer, y unas palabras de la alguacililla y del alcalde, el acto se cerró con la entrada en escena de la Rondalla III Columnas, que cantó varias de sus coplas carnavaleras. A continuación, todos los presentes se fueron a disfrutar de un convite.