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¿Creemos en la Justicia?
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¿Creemos en la Justicia?

Actualizado 18/02/2017

El valor de la Justicia es social y proviene del Derecho, según nos dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua aparece la palabra Derecho al inicio de la segunda acepción de la definición de Justicia. Así pues, Roma, es la cuna de lo que significa para nosotros Justicia, de hecho su definición es creación de uno de los más poco originales juristas de entonces, de un gran compilador del derecho de su tiempo, un antólogo minucioso, el gran Ulpiano claro y literal, cualidades favorables si es considerado como fuente de información, su popularidad crece con el tiempo; Ulpiano

Biografía de Ulpiano: La fecha exacta de su nacimiento es desconocida, aunque podemos situarla hacia el año 170, en Fenicia. Era miembro de una de las familias ecuestres más importantes de la provincia romana de Siria. Tuvo una gran actividad literaria desarrollada entre los años 211 y 222, especialmente durante el gobierno del emperador Caracalla (211-217).

Su carrera pública fue paralela a la de su gran rival Paulo. Fue asesor de su maestro Papiniano, cuando este desempeñó la prefectura del pretorio y, además, él mismo ejerció como prefecto del pretorio de Alejandro Severo hasta el año 212.

Tras el homicidio de Papiniano, en 212 y la persecución contra los simpatizantes de Geta, decidió retirarse a la vida privada, época en la cual redactó la mayor parte de sus obras jurídicas...

Durante el gobierno de Heliogábalo fue exiliado de Roma, de acuerdo a Scriptores Historiae Augustae. En el año 222, al ser elegido Alejandro Severo como emperador, pudo regresar y fue llamado a participar en el gobierno, como asesor y luego como prefecto del pretorio.

Su programa, buscaba reducir los privilegios concedidos por Heliógabalo a la Guardia Pretoriana, provocó la enemistad con esta y un intento de homicidio. Finalmente, fue asesinado por los Pretorianos en el palacio frente al Emperador, en el curso de una revuelta entre los soldados y la multitud, probablemente en 228.

Ulpiano fue quien primero definió la justicia como la continua y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que merece, un concepto aún cercano a nuestra cultura, en especial si tomamos en cuenta que el culto fenicio escribió sobre el tema de Justicia hace la friolera de 18 siglos. ¿Creemos en el ideal, en la virtud, en el valor y la imparcialidad de la Justicia?

Hoy era un día largamente deseado, a las doce del mediodía se leyó la sentencia más esperada, demostrando que en nuestra Democracia la Justicia es -lenta-pero funciona, hemos estado muy atentos al juicio más mediático, por primera vez se sentaba en el banquillo de los acusados una Infanta de España. No voy a entrar si ha sido justa o no le pena impuesta.

Lo que sí somos, es muy aficionados a ser jueces, fiscales, y dictar nuestra particular penitencia, de todas ellas la más terrible "penas o paseos de noticieros", es humillante para el qué ha de dar el paseíllo, miles de flases, gritos, insultos, y el acusado intentando no derrumbarse. ¿Por qué no dejamos que la justicia cumpla su papel? La biografía muy breve que he traído, es un ejemplo de lo dura que resulta impartir justicia, es ciega y no debe dar satisfacción, se ha de hacer cumplir la Ley sin privilegios, a Ulpiano le sacó de este mundo un injusto asesinato, por dar opinión sobre como los pretorianos se alzaban con la fuerza y poder?

CUENTO

LA CRUEL PENA DE SER PREJUZGADO

La señorita Isabel, maestra de Primaria, entró un hermoso día de primavera a clases, acompañada de una mujer joven y bella y de dos niñas.

- Hoy he traído conmigo a Cenicienta y Blancanieves, que han venido acompañadas por Dª Temeraria, su" madrastra". Aquella presentación, como siempre, anticipaba que aquel día descubrirían algo interesante, y que su profesora lo había preparado con cuidado.

Cuando todos se sentaron, y la señora Dª Temeraria se disponía a hablar, se apagaron todas las luces de la clase. En medio de la oscuridad, se oyeron dos bofetones tremendos, y al momento se escuchó el llanto de Cenicienta y Blancanieves. En ese momento, volvieron las luces, y todos pudieron ver a ambas niñas llorando.

-¿"Quién ha sido"?, pregunta la señorita

Sin dudarlo, todos los niños señalaron a "la madrastra". Pero esta lo negó moviendo la cabeza a derecha e izquierda, pero ¡casualidad! en ese momento se vuelve a ir la luz y otra vez suenan dos tortazos. Los llantos de la niña Eugenia y Pepín sorprendieron a sus compañeros. Al volver la luz, ambos estaban llorosos, ¡ijjj!, ¡ijjj! suspiraban por los tremendos bofetones recibidos en la oscuridad. Miraban con enfado y temor a la madrastra, a la que todos apuntaban con el dedo. Cuando la madrastra comenzaba a hablar de su inocencia? una vez más se va la luz.

Pero esta vez tardó sólo un par de segundos en volver, y entonces todos pudieron ver la escena: Cenicienta y Blancanieves corrían hacia Eugenia y Pepín con el brazo en alto, dispuestas a soltar otro mamporrazo.

Al momento, todos los niños de la clase pedían perdón a la señora Dª Temeraria, que resultó ser una mujer muy amable y simpática, a la que gustaban mucho los niños, pero que había tenido la desgracia de tener dos hijastras revoltosos, las que quería con locura, pero no paraban de liarla allá por donde iban, dejando que en Dª Temeraria hiciera se hiciera como suyo la mala fama que envuelve a todas "las madrastas".

Terminó la clase la señorita Isabel diciendo a los niños "nunca debemos dejarnos llevar por prejuicios, posición social, belleza riqueza o incluso el linaje, es lo más injusto que podemos hacer. ¿No os parece queridos alumnos?"

Por supuesto que para los niños fue toda una lección pedagógica la que impartió "su seño", para ustedes estimados lectores, solo puede ser una breve y sencilla reflexión, pero recuerden que las cosas más simples, a veces son las mejores lecciones en la vida¿Creemos en la Justicia? | Imagen 1

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