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Pregón íntegro de Ana de Rojas para la Peña El Caballo
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Pregón íntegro de Ana de Rojas para la Peña El Caballo

Actualizado 17/02/2017

CIUDAD RODRIGO | El pregón fue pronunciado en la tarde del viernes en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal

Buenas tardes a todos, agradezco de corazón la invitación de la Peña El Caballo a participar en este acto. Gracias a su Presidente Juan José García De Sa y enhorabuena al Garrocha de Plata 2017, Alfonso Méndez García-Torres. Me siento muy honrada y orgullosa de pertenecer a este colectivo que vive y siente con pasión el mundo de esos maravillosos animales que son los caballos.

El caballo ha sido el más fiel servidor del hombre. Le ha servido para desplazarse por el mundo, para descubrir nuevos territorios, para conquistarlos, para morir por él en las guerras, para pasear, para retratar a reyes y conquistadores, sirve eficazmente para el apoyo terapéutico de personas con minusvalías, educa a los niños en la convivencia con los animales, incluso sirve para que alguna organización política intente convertir un caballo en un voto y también es utilizado por los publicistas para vender perfumes, coches o cualquier otro producto que quieran asociar a una bella imagen.

Con este saldo histórico está claro que el hombre tiene una deuda de agradecimiento y de honor con los caballos y debemos saldarla con nuestra dedicación, cuidado y buen trato que merecen. Debemos amar al caballo.

Cuando yo tenía 3 años, mi padre decidió apostar por el caballo español. Compró buenas yeguas, eligió los mejores padres de la raza para cubrirlas y nació un hierro que nos ha llenado de orgullo desde entonces: El hierro Montarco.

El hierro parece la M de Montarco y una corona de tres puntas pero en realidad mi padre quiso dedicar su bien más preciado a mi madre, María y la corona es en realidad la E de Eduardo. Pueden imaginar que para mí ese hierro es más que una marca.

Esas yeguas y caballos se criaron generación tras generación en el trabajo con las Moruchas. Eso les dio una valentía y un corazón incomparables. Si es verdad que nuestros caballos han tenido siempre fama de carácter difícil, pero cuando alguien ha sabido hacerse con ellos han dado el ejemplar más noble y fuerte que se puede dar. Ahí están para confirmarlo los premios y nominaciones. Nuestro éxito, atinar con la selección, el mérito de sus posteriores dueños que supieron sacar de aquellos caballos lo mejor de sí mismos.

Desde hace unos años, la Pura Raza Española está en decadencia en nuestras tierras. Unas tasas escandalosamente altas, un Libro Genealógico en manos de una Asociación muy localizada y elitista, una total despreocupación por el ganadero, solo importa que pague, un Ministerio de Agricultura que pasa del caballo y un mercado interior en baja dan que para criar puro español haya que ser corredor de fondo.

Así que el pequeño ganadero que quiere sobrevivir ha tenido que abandonar la pureza por razas y cruces más adecuados a las demandas del mercado. Esto no es bueno, es una salida pero no es bueno y aunque se justifica con la funcionalidad no nos engañemos, el caballo español puede ser tan funcional como cualquier otro y además es el más bello de entre todas las razas.

Si los que tienen alguna responsabilidad en ello abandonan al ganadero y el ganadero abandona la cría de PRE caemos en un grave error y una vez más nos cargaremos un valor muy nuestro, un patrimonio valioso sin pensar en lo que se pierde. Mientras en muchos países del mundo se sienten orgullosos de poder decir que crían caballos de Pura Raza Española. El Ministerio y la Asociación privada matriz de ese Libro Genealógico deben cumplir exquisitamente con su obligación de proteger, apoyar y cuidar al ganadero sea pequeño o grande. Para eso están. Que los precios no ahoguen al joven ganadero y lo echen de la cría; que las Ferias y Concursos importantes sean un escaparate abierto a todos y no tengan precios inalcanzables para la mayoría; que la cría de Pura Raza Española no sea monopolio de nadie ni feudo de una docena de Hierros que pueden aguantar sin despeinarse.

Me duele ver que aún tenemos un cierto complejo ante Andalucía. Y nos olvidamos que parte de los grandes ganaderos de P.R.E. eran de aquí, que parte de los grandes ganaderos de toro de Lidia eran de aquí y me parece una horterada ver trajes de flamenca en nuestra Feria del Caballo. Nos olvidamos que tener una dehesa en Salamanca es el mayor símbolo de distinción para muchos ricos nobles o menos nobles. Nos olvidamos que tener una marca de prestigio es inmortal aunque pase por malos momentos y Ciudad Rodrigo, su historia, su comarca, su campo y sus ganaderías son una marca de prestigio.

Aprendimos a montar a caballo de la mano de Abraham Torrens, nuestro Montaraz y amigo. Uno de los mejores desbravadores que ha tenido nuestra tierra. Y hoy quiero recordar con especial cariño a Domingo Torrens Galán, ganadero de PRE con su yeguada "Torrens Galán" muy ligada a la nuestra y a Domingo Neto Torrens, feliz veterinario jubilado y funcionario ejemplar de la Unidad, que nos prestó todo su consejo y apoyo en nuestra ganadería. Y a José Manuel Martín Risueño que nos dedicó más de medio siglo de su vida y creo un archivo histórico de la yeguada valiosísimo tanto por sus detallados apuntes como por la extensión en el tiempo.

Y quiero hablaros de Eria de Montarco, una de las más bonitas yeguas del hierro, que ha compartido conmigo casa, jardín y casi salón durante dos años y que está a punto de parir de Apolo de Yeguada Cantarranas. Estamos convencidos que un guapo y una guapa no pueden tener más que guapos.

Y aquí tengo que hacer una mención especial a un amigo valiente, que ha querido meterse en el lío de ser el actual propietario de Yeguada Montarco, Jesús Lumbreras. Lo está haciendo muy bien y está consiguiendo cosas guapas. ¡Ánimo!

Nuestra vida transcurrió junto a la de otras familias de la zona. Miguel Bernaldo de Quirós, marqués de Bayamo fue más que compañero, un gemelo de mi hermano Carlos en su afición por el caballo, la garrocha y los toros. Miguel y Carlos murieron prematuramente, mi hermano siendo cronista taurino del periódico Informaciones.

Tengo muchos recuerdos de aquellos tiempos. Cuando fui Reina del Carnaval (la mitad de vosotros no habíais nacido) y mi padre organizó un fiestón en el Palacio. Allí estaba medio Ciudad Rodrigo y un montón de gentes de fuera. Apareció Tato con su tuna y nos rondaron tanto que mi padre los invitó a entrar y tomar una copa para que se callaran. También fui madrina de Alfonso Navalón en una novillada, salió un bicho que hizo dar a Alfonso tres vueltas al ruedo ¡pero corriendo!.

Mi familia se ha sentido siempre unida de corazón con Ciudad Rodrigo. Somos mirobrigenses hasta el final. Nos hemos sentido orgullosos de esta ciudad y mi padre siempre que tuvo ocasión trajo a personalidades de todos los puntos del mundo para que conocieran nuestra tierra y para presumir de uno de los más bonitos lugares de España.

Por esa razón inventó aquella fiesta que con motivo de los herraderos y de la selección de nuestra ganadería llamó "La Oreja de Oro". Invitaba a personalidades del mundo de la Cultura, la Política, de la Prensa, grandes empresarios y señoras guapas y los hacía torear becerros. El que salía mejor parado se llevaba el trofeo. Fue todo un espectáculo ver al primer embajador de la República China que vino a España toreando un becerro. Ver a la mujer del Director del Teatro de las Naciones de París, que era negra y sacerdotisa de Vudú moviendo la muleta. O a la Princesa Titi de Saboya intentando compaginar el vino con el toreo.

Tengo que confesaros un hecho curioso, que el primer conde de Montarco, fue el autor de la Cédula Real que en 1805 prohibió las corridas de toros en todo el Reino. Tenía que salir de casa escoltado porque la multitud le esperaba siempre en la puerta para tirarle piedras e insultarle hasta tal punto que el Rey tuvo que revocar la Cédula Real. Pero aclaro que este señor nada tenía que ver con mi familia, era un hombre fuertemente ligado a los franceses, a quien el Rey Carlos IV concedió ese título y a quien expulsaron de España después de la guerra de la Independencia.Por su expulsión y porque había contraído deudas con un tal Clemente de Rojas Pampín, antes de marcharse le cedió dicho título como pago de la deuda.

Clemente de Rojas por el contrario era un héroe del 2 de mayo al prestar sus fábricas de explosivos a Daoíz y Velarde en su lucha contra las tropas francesas. Y este sí era mi antepasado y fue el origen de la unión del título de conde de Montarco con el apellido de Rojas.

Y después, conde tras conde, familia tras familia, fuimos ligándonos a esta Ciudad. Aquí nacieron mi hermana Blanca y mi hermano Juan Manuel.

Y en mi caso no cabe duda, aquí quise enterrar a mi hija Adela, aquí quedarán mis restos y aquí quiero pasar mis últimos años, igual que durante toda mi vida a la mínima ocasión volvía a nuestra casa, nuestro hogar, al Palacio de Montarco en Ciudad Rodrigo.

¡Feliz Carnaval!

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