San Sebastián va acumulando adeptos en su trayecto por las calles mirobrigenses

El intenso frío que se viene padeciendo en los últimos días dio un pequeño respiro en la mañana del viernes en Ciudad Rodrigo para hacer un poco más llevaderos los solemnes actos en el honor al patrón de la ciudad, San Sebastián, que un año más contaron con un amplio seguimiento por parte de mirobrigenses.

Este año se puede destacar que el número de personas que participaron en el evento fue creciendo a lo largo de la procesión, alcanzándose su punto culminante a la llegada de la imagen del Santo a la Parroquia de San Cristóbal.

La mañana de actos había arrancado en la Plazuela del Buen Alcalde, donde vive uno de los mayordomos, Nicolás de Elías Vegas. Hasta allí se acercaron los otros tres mayordomos, José Ramón Cid Cebrián, José Antonio de Elías Álvarez y Jacinto S. Vasconcellos Barrón, junto a numerosos miembros de la Cofradía, para ir todos juntos hacia la Plaza Mayor para recoger a la Corporación Municipal, que asistió al completo a los actos excepto los concejales de IU y Azahara Martín, que se encuentra en FITUR.

Además, dos años después, Javier Iglesias regresó a la procesión de San Sebastián, ahora en su calidad de Presidente de la Diputación, tras haber sido invitado por la propia Cofradía de San Sebastián. De igual modo, y como suele ser tradición, también participaron el Jefe de la Policía Local, Narciso Caridad, y representantes de la Guardia Civil.

Todos juntos se dirigieron a la Catedral de Santa María, donde el Obispo Raúl Berzosa presidió una solemne eucaristía, que contó con la presencia de un sacerdote llegado desde Salamanca que trabaja con Proyecto Hombre. Precisamente, el Obispo deseó a la conclusión de la Eucaristía que se preste atención en Ciudad Rodrigo a la problemática vinculada a Proyecto Hombre.

Previamente, en la Homilía, había hecho una reflexión sobre el "mundo nuevo" en el que vivimos: "somos testigos del nacimiento de una nueva época que no sabemos aún donde nos llevará", invitando a estar "más atentos a lo que surge que a lo que desaparece" en un mundo "convertido en una aldea planetaria; nunca, al menos virtual y mediáticamente, hemos estado tan cercanos unos de otros".

Posteriormente, tuvo palabras tanto para los mirobrigenses que se han marchado como para los que se han quedado "en este suelo bendito", pidiendo que "vivamos la catolicidad y, al mismo tiempo, seamos una sola fraternidad mirobrigense, tanto 'los de dentro como los de fuera'". La homilía íntegra se puede leer aquí: http://salamancartvaldia.es/not/138700/homilia-obispo-raul-berzosa-solemne-misa-san-sebastian/.

No había acabado de hablar al final de la Eucaristía el Obispo Raúl Berzosa cuando ya se empezaron a abrir las puertas de la Catedral para iniciar la solemne procesión, que arrancó como es habitual con la interpretación del Himno de España por parte de la Banda Municipal de Música nada más salir la imagen del Santo.

La procesión tomó la calle Cardenal Pacheco para llegar a la Plaza Mayor, donde se pudo escuchar el Reloj Suelto. A continuación, se cogió la calle Madrid para llegar a la Puerta del Conde, en cuyas inmediaciones se estuvieron lanzando bolas de anís. La procesión continuó por el Registro, la Glorieta del Árbol Gordo (por segundo año consecutivo, sin 'Árbol Gordo'), y el Parque de La Glorieta, cuya fuente era fiel reflejo de las bajas temperaturas de las últimas horas.

Tras recorrer las calles Lorenza Iglesias y San Cristóbal la comitiva ?abierta por el pendón de la Cofradía y los redoblantes- alcanzó la Iglesia de San Cristóbal, donde esperaban unos cuantos fieles junto a su párroco, Rafael Caño. Antes de ser introducida la imagen del Santo en el templo por integrantes de los Bomberos Voluntarios (que portaron la imagen en algunos tramos de la procesión), sonó de nuevo el himno de España.

En el interior, el Obispo ?que había ido presidiendo la procesión, con báculo incluido- deseó que todos los presentes puedan volver a estar en la celebración el año que viene, dando a besar el párroco la reliquia de San Sebastián. Una vez depositado el Santo en la Iglesia de San Cristóbal hasta el año que viene, la comitiva se dio media vuelta para regresar al centro histórico, ya con un tono más distendido.

La primera parada del trayecto de vuelta fue a las puertas de la Catedral, donde se despidieron los miembros pertenecientes al Cabildo Catedralicio que participaron en la procesión. Ese momento fue aprovechado para realizar una gran foto de familia con los mayordomos, la Corporación, el Obispo, el presidente de la Diputación, los representantes de la Guardia Civil y la Policía Local, los maceros y hasta la persona que llevaba el pendón.

Como segunda parada, se fue a dejar a las puertas del Palacio Episcopal al Obispo, quién volvió a desear que el año que viene todos estén presentes de nuevo en la celebración del patrón. De ahí la comitiva superviviente se dirigió hacia la Plaza Mayor (donde volvió a sonar el Reloj Suelto) para dejar a la Corporación, al presidente de la Diputación, al Jefe de la Policía Local y a los representantes de la Guardia Civil. En ese momento, se produjo la despedida de la Banda Municipal de Música, que se marchó del ágora mirobrigense interpretando Forastero.

Como última parada de la larga mañana y de los actos en honor a San Sebastián, los presentes regresaron a la Plazuela del Buen Alcalde, donde se produjo la despedida de los mayordomos del resto de la Cofradía, quiénes pasaron a saludarles para agradecerles su tarea. En unos cuantos momentos de la mañana se lanzaron vivas a San Sebastián, a la Cofradía, a los Bomberos, a Ciudad Rodrigo y a España, iniciados la mayoría de ellos por Tato Galerías, que se fue moviendo en una bicicleta.