Hiperactividad, bajo rendimiento académico, entre las consecuencias de la falta de ejercicio físico a diario
El 85% de los niños entre 5 y 17 años es sedentario, es decir, no realiza una hora mínima de actividad física diaria, a pesar de que la falta de ejercicio físico causa el 6% de las muertes en el mundo. La Fundación Española del Corazón ha puesto en marcha una campaña para fomentar una infancia más activa, tras la encuesta realizado junto a la World Heart Federation (WHF) y la Union Of European Football Associations (UEFA).
En la infancia temprana y la adolescencia, la falta de actividad física puede causar, según la OMS, hiperactividad, absentismo y bajo rendimiento académico, descenso de hasta cinco años de esperanza de vida.
La inactividad física causa el 6% de las defunciones globales, según la FEC, debido a ser uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, una enfermedad por la que fallecen al año en España más de 117.000 personas (65 veces más que los accidentes de tráfico). Sin embargo, el 80% de estas patologías se puede prevenir adoptando hábitos de vida saludable como el ejercicio físico, practicado de manera regular.
El estudio, realizado con 522 niños, también asegura que los familiares pueden cumplir un papel crucial para cambiar esta dinámica sedentaria, al implicarse en la práctica deportiva. Un 23% reclama el apoyo de sus padres para practicar ejercicio físico, ya que el 17% destaca que nunca realiza deporte en familia. Para estimular esta dinámica, la FEC ha lanzado una campaña para #deportesenfamilia y Children in the city, buscando que los padres estimulen a sus hijos para que sean más activos.
«Dedicar un tiempo para realizar actividad física en familia es la vía más constructiva para lograr que los niños huyan de la tendencia sedentaria, ya que ven un ejemplo en su propia casa y adquieren este buen hábito desde la infancia para mantenerlo de por vida», explica el doctor Carlos Macaya, presidente de la FEC. «De hecho, según un estudio publicado el año pasado en Circulation, las conductas saludables en la primera etapa de la vida pueden mejorar hasta un 35% la salud cardiovascular en la edad adulta».