Larga, fría e histórica Nochevieja sin incidentes graves aunque con algo de vandalismo

Ciudad Rodrigo está disfrutando de una soleada primera jornada de 2017 tras una Nochevieja larga e intensa en la que un año más volvieron a llevar la voz cantante los jóvenes, muchos de los cuales vieron amanecer tomando el chocolate con churros antes de irse por fin a casa a dormir.

El tiempo de fiesta había comenzado durante la tarde de Nochevieja con las habituales reuniones de amigos previas a la última cena del año. Como es tradición en Ciudad Rodrigo, la mayoría de mirobrigenses tomaron las uvas en sus casas para ir saliendo de fiesta poco a poco durante la hora siguiente. Hay que apuntar que nada más sonar las 12 Campanadas, se lanzaron en la ciudad fuegos artificiales.

La Nochevieja de este año tenía un carácter 'histórico' en Ciudad Rodrigo, debido a que no se celebró el clásico cotillón de los Hoteles Conde Rodrigo, que este año optaron por organizar una Gran Cena de Gala en su establecimiento de la Plazuela de San Salvador que tuvo una muy buena acogida con grupos más familiares.

La 'baja' en el capítulo de cotillones del Conde Rodrigo se une a la del año pasado del Yoanna Irish Pub, dejando como único cotillón en Ciudad Rodrigo (siempre referido a los abiertos al público en general) el del Palacio de Montarco, donde se vivió una larga noche de fiesta en sus dos plantas.

El Casino Mirobrigense fue uno de los lugares elegidos por numerosas personas que pudieron disfrutar de música en directo en un buen ambiente tranquilo y acogedor donde no faltó delle.

Entre unas cosas y otras se está produciendo un notorio cambio en los hábitos de los mirobrigenses en Nochevieja: si hasta hace 3-4 años la preferencia era ir a cotillones, teniendo los bares 'normales' una noche de ajetreo pero llevadera (era habitual tomar la primera copa en alguno de estos bares antes de acudir a los cotillones), ahora los bares 'normales' son la preferencia, registrando un alto movimiento durante buena parte de la noche.

Como ya ocurrió en Nochebuena, en las primeras horas del 2017 hubo más movimiento en bares situados fuera de murallas como La Glorieta o el Yoanna Irish Pub, donde se mantuvo el servicio de ropero al igual que cuando hacían cotillón, contando asimismo con un DJ, que se encargó de ir poniendo la música de la velada.

Según fue avanzando la noche, se fue registrando un largo peregrinaje de jóvenes hacia el recinto histórico para continuar por allí la velada, viéndose mucho movimiento por ejemplo en establecimientos de la calle Toro y aledaños como El Patio, El Álamo, el Juver o el Barrigana (donde está tomada la fotografía que aparece más arriba), y posteriormente en La Colada.

Este movimiento de bar en bar estuvo marcado por el intenso frío que hacía, con temperaturas de hasta 6ºC bajo cero, que al igual que la noche anterior dejaron un 'manto blanco' tanto en los vehículos aparcados en la vía pública como en los glacis de los fosos.

Pese al alto movimiento de personas (y también de vehículos) que hubo durante la madrugada, no se registraron incidentes graves. Según informan desde la sala de operaciones del 112, únicamente recibieron un par de avisos desde Ciudad Rodrigo, para una atención sanitaria en un domicilio y por unas personas que estaban haciendo ruido en la calle.

Precisamente, como es también habitual en estas noches, se registraron algunos actos vandálicos, como el vuelco de un contenedor lleno de botellas en La Colada, o el destrozo de un par de puertas en la calle Peña, en esa misma zona. Durante la mañana del domingo, los principales restos en la calle eran algunos vasos rotos o llenos de bebida, tanto de cristal como de plástico, repartidos por diversos puntos.

Asimismo, otros restos eran los ríos de orín por ejemplo junto a la entrada al patio trasero del Palacio de Los Águila, o las bolsas de basura que se acumulaban junto a los contenedores en unos cuantos puntos de la ciudad. En definitiva, una larga noche que da paso a dos días festivos para recuperarse.