Por una sociedad más justa y solidaria

Comienzo a escribir, con la intención de estar a la altura de lo que se espera de alguien, que presuntamente, conoce, analiza y propone respuestas para conformar un nuevo espacio social, económico y laboral justo, igualitario, solidario y posible.

Y no quiero entrar a desbrozar mis ideas, reflexiones y esperanzas sin dejar de mencionar a quienes hace apenas unos días y unas horas nos han dejado, quienes han sembrado parte de nuestro presente, de nuestras utopías y nuestros ideales, de ternura y poesía, de símbolos de lucha, rebeldía, revolución y paciencia. Profundo Leonard Cohen, entrañable Marcos Ana, (Fernando Macarro) y exultante Comandante Fidel.

Acaba vuestra vida nonagenaria impregnada de sabiduría, de teorías emprendedoras, de imperturbables voluntades de lucha, infatigables y pretenciosas ante la opresión, la desigualdad y lo injusto.

Vaya por vosotros, "sin ideas y sin proyectos, la vida tiene poco sentido".

Año convulso este, que en apenas unos días acabará. Difícil, por intenso, es hacer una cronología de los acontecimientos que han ido sucediendo día a día, mes a mes, pero si digno de ser evaluado como tremendo en lo sobrecogedor de lo negativo y tenuemente esperanzador en lo imperceptible positivo.

Sorprendentes resultados electorales nos ha dado la democracia participativa, aquí y más allá del charco que nos une, por lo que ha pasado ya y por lo que, parece intuirse, va a seguir pasando.

Crecimiento y consolidación de populistas neoliberales, que solo ven y quieren las ventajas del negocio financiero, del libre comercio, de la especulación e irracionalidad de la desigualdad social.

Demasiado para combatir tenemos en casa, como para querer cambiar lo que ocurre fuera, pero es inevitable hacer mención a la incertidumbre mundial que se cierne sobre todo aquello que depende o condiciona la intervención de norte América. Sorpresa electoral la del ambicioso, descerebrado y caótico multimillonario yanqui. Con próximos encuentros electorales en Francia y Alemania, que si ya eran peligrosos los dirigentes actuales, parece que terminaremos coreando al unísono, que "más valió lo malo conocido que lo bueno por conocer?."

Pero en el sublime ejercicio democrático de elegir a nuestros dirigentes, está la reflexión del por qué, del hasta cuándo y a costa de quien.

En lo más cercano y que más nos atañe a diario, comprobamos como ni los recortes, ni el desmantelamiento del Estado de bienes estar, ni la corrupción ni la prepotencia y sordera incansable con la que nos han gobernado, ha removido a la mayoría social dañada en nuestro país, ¿con cuántos más despropósitos nos tendremos que enfrentar en breve?

Una derecha "Popular" que se debilita levemente a costa de un "Ciudadanos" que con 150 cartas a los reyes magos, hace valer su escaso refrendo electoral pero que satisface los egocentrismos de su líder. Un contubernio tóxico que mezcla lo rancio de unos con lo "pijo y esnob" de quienes pretender sin poder, de quienes quieren sin saber.

Singular binomio de los nuevos que creen que han conseguido cambiar, sin conseguirlo, lo más retrogrado y fascista de quienes han sabido aprovecharse de su afán de poder, para erigirse nuevamente en los salvadores que su desastre, de ese que sufrimos y ellos mismos nos han provocado.

En el curioso capricho matemático de las sumas insuficientes, aparece la bipolaridad estratégica o quizá también ideológica y escondida del "socialismo", herido ya de muerte por el "podemismo" más cainita y agresivo en el escaparate de la imagen radical y extremista.

Izquierda desmembrada, desorientada, perdida y enfrentada, izquierda caníbal, que vuelve a alimentar y a reconstruir su futuro por el camino de las guerras intestinas y los conflictos orgánicos. Perdiendo adeptos, militantes y votantes desconcertados y nostálgicos, que vuelven a sentir la orfandad y la falta de referentes de liderazgos, personales y de proyectos.

Y descendemos desde la globalidad del mundo con culturas políticas y sociales antagónicas, con modelos económicos orientales y occidentales descompensados; a un país envuelto en incertidumbres de presumibles cambios por la falta de mayorías en los gobiernos, que nos esperanzan en la dulcificación de las nefastas reformas; hasta una comunidad autónoma que se mantiene en el empate ideológico de las Cortes, eso sí, siendo pioneros en el Diálogo Social y el cogobierno con los agentes sociales; para poner los pies en tierra en una provincia pobre, inmóvil, sin desarrollo industrial ni perspectivas.

Con una tasa de desempleo del 20% de quienes están en edad de trabajar, del 49% para los jóvenes, con un 60% de personas en desempleo sin percibir ningún tipo de prestación o subsidio, con cerca de 98.000 contratos de trabajo realizados durante un año que apenas han servido para incrementar en 5.000 las nuevas cotizaciones en la seguridad social.

Con una despoblación creciente y un panorama triste en los sectores productivos. Panorama marcado a fuego por la temporalidad de los contratos, la estacionalidad de los empleos, las bajadas de los sueldos, descuelgues salariales y las inaplicaciones de los convenios colectivos.

Seguimos hablando de pobreza, pobreza salarial para quienes tienen un empleo y pobreza social para quienes están ya excluidos del mundo laboral.

Hablamos de resignación, de conformismo, de apatía y relajación política y social, ante quienes no hacen nada por cambiar nuestro rumbo y quienes no exigen responsabilidad por estar sumidos en el individualismo más perverso y sumiso.

Y ante este escenario oscuro que nos envuelve en lo más cercano, seguimos esperando la ejecución de nuestras propuestas, firmes y posibles:

.- Terminar con las políticas de austeridad para generar riqueza y empleo entre las personas que sufren la pobreza y las pequeñas y medianas empresas, que necesitan crecer y crear empleos estables.

.- Elevar definitivamente el salario mínimo interprofesional que garantice sueldos suficientes y cotizaciones a la seguridad social dignas para mantener nuestro sistema de pensiones.

.- Construir un sistema integral de Servicios Sociales para paliar las carencias en Dependencia, contra la violencia de género, contra la desigualdad entre hombres y mujeres.

.- Una reforma fiscal rentable y eficaz que aumente los ingresos y hagan que paguen más quienes más tienen.

.- Apostar definitivamente por una Educación y una Sanidad públicas que favorezcan de igual modo a todas las personas tanto en su formación como en la salud.

.- Acometer definitivamente y con compromisos reales la terrible situación de la inmigración y los refugiados.

No nos cansaremos de decir, que otra forma de gobernar es posible, que son necesarias otras políticas sociales, justas y que erradiquen los equilibrios económicos y sociales, que cada vez son más evidentes y se están convirtiendo en estructurales.