Cuando las primeras luces del alba comienzan a clarear y la ciudad despierta, el silencio de la fría mañana de invierno en las calles bejaranas seduce a la luna que se resiste a marcharse
Las imágenes de la ciudad que despierta invitan al sosiego y a la reflexión, a los paseos silenciosos y llenos de misterio. Pocos transeúntes en las calles, edificios en penumbra evocan historias de otros tiempos a recordar otros ojos que las contemplaron, mientras, el amanecer abriéndose paso?