De lo que dentro de poco será nada. Allí, donde la luz del frío en la mañana se hace silencio para el que sabe oír más allá de los límites. Así habla el cielo y el agua, que tanto callan. Es la serenidad, que nada pide, como las mañanas del otoño viejo.
De lo que dentro de poco será nada. Allí, donde la luz del frío en la mañana se hace silencio para el que sabe oír más allá de los límites. Así habla el cielo y el agua, que tanto callan. Es la serenidad, que nada pide, como las mañanas del otoño viejo. Pues casi todo sobra.
(Jclp)
En esta mirada de SALAMANCArtv AL DÍA los ojos se nos van a las ramas de la luz, de la mano de Sebastián Alonso, de Foto Arte. Las mañanas del otoño tardío avanzan las primeras heladas en las orillas del río Tormes.