Esta semana se ha cumplido un aniversario más de la llegada del tren internacional a Las Arribes, que tuvo lugar en diciembre de 1887. Sin embargo, más de un siglo después, nos encontramos con una vía que lleva más de tres décadas muerta, sin trenes, como la Vía de la Plata, a la par que arrecian las críticas en el resto de España por la proyectada estación del AVE prevista para Sanabria, lo que le hace a uno cuestionarse por qué surgen tantos problemas cuando se trata de que los trenes circulen por estas tierras del viejo y envejecido Reino de León.
Aunque pasan los años sin que apenas cambie nada, uno se sigue preguntando qué llevó realmente al cierre del tren de La Fregeneda, o al de la Vía de la Plata. Es más, me pregunto también por qué se cambió el trazado originalmente previsto, que estaba proyectado con inicio en la ciudad de Salamanca, pasando por Ledesma, Vitigudino y Guadramiro hasta llegar a Lumbrales, punto a partir del cual el recorrido sí coincidía con el actual.
Este trazado inicial, aunque hubiese dejado sin tren a alguna población de entidad como Villavieja (que en 1900 tenía 1.850 habitantes), hubiese puesto en contacto directo a nuestra zona con Ledesma y Salamanca, debiendo remarcarse que entonces Ledesma era una población bastante importante (con cerca de 3.500 habitantes en 1900), contando Vitigudino más de 2.400 habitantes por aquel entonces.
El cambio de recorrido de la vía, decidido para ahorrar dinero al Estado, al reducirse los kilómetros de vía a construir, supuso un golpe definitivo para Ledesma (que con él podría haber aspirado a ser enlace entre esta vía y una hipotética Zamora-La Fuente que enlazase Ciudad Rodrigo con la perla del Duero). Asimismo, dejó sin tren a Vitigudino y condenó a vivir de espaldas al ferrocarril a la mayoría del noroeste salmantino.
No obstante, lo importante de dicha vía, con un trazado u otro, era que suponía conectarse con Oporto por tren, y el cierre de la misma ha de ser interpretado también como el desinterés por parte del Estado y la Junta respecto al fomento de las relaciones con Portugal.
Y es que, todo hay que decirlo, para las relaciones de los dos Estados que se reparten el Oeste de la Península, siempre ha puesto más voluntad Portugal que, de hecho, fue quien propuso esta vía, financiando incluso una parte que transcurre por territorio español (la que va desde Fregeneda a la frontera). Es más, tras el cierre de la vía en el lado español el 1 de enero de 1985, el sector portugués aún resistió abierto hasta 1988, con la esperanza de que España reculase en una decisión a la que no dio vuelta atrás.
Hoy en día, esta vía que está declarada Bien de Interés Cultural (al ser su red de túneles y puentes un importante hito en la ingeniería ferroviaria española), muestra una cara adecentada en el lado español gracias a las esforzadas facenderas de la asociación Tod@vía, las cuales han posibilitado que la Diputación haya dado un paso adelante y firmado un acuerdo con ADIF para recuperar la vía con uso turístico.
Pero saliendo de nuestra vía, y yéndonos a una polémica ferroviaria actual que nos es cercana, quiero reparar en el debate suscitado por la estación que el AVE tendrá en Sanabria. En este sentido, donde la prensa portuguesa ha visto una oportunidad para Braganza, señalando la cercanía del mismo (a apenas 40 kms de Braganza), la prensa española ha visto polémica y ha aprovechado para echar leña al fuego, intentando que la comarca sanabresa quede fuera de la alta velocidad.
Así, la prensa se ha centrado en señalar que el apeadero sanabrés se situará en una pedanía de 30 habitantes, Otero de Sanabria, omitiendo el hecho de que esté a apenas 5 kilómetros de Puebla de Sanabria (localidad declarada 'Conjunto Histórico-Artístico', así como uno de 'Los Pueblos Más Bonitos de España'), a 9 kilómetros de la Casa del Parque Natural del Lago de Sanabria (el segundo más visitado de la autonomía, con 600.000 visitantes el año pasado), o a 15 kms del propio Lago de Sanabria, y por supuesto dejando de lado la propia existencia del imponente Santuario de Nuestra Señora de los Remedios en Otero.
No obstante, la estación sanabresa no es un mero capricho ni la voluntad de contentar a nadie como han dado a entender algunos, y apunto directamente en el campo político a Ciudadanos (C's), que ha pedido en el Congreso que se elimine el apeadero sanabrés. Y es que, más allá de los titulares que quieran buscar unos y otros, la estación de Otero de Sanabria ha sido considerada necesaria por los técnicos, por situarse a medio camino en el largo trayecto Zamora-Orense (unos 250 kilómetros) que carece de estaciones, lo que aconseja construir por motivos técnicos, logísticos y de seguridad un PAET, esto es, el apeadero sanabrés, que será un Puesto de Adelantamiento y Estacionamiento de Trenes.
De esta manera, en Sanabria se construye la estación de AVE para que, en caso de avería o emergencia lejos de las estaciones de Zamora y Orense (insisto, 250 kms sin estaciones intermedias) se puedan evacuar o transbordar viajeros de un tren a otro llegado el caso, de ahí que se construya con andenes y accesos como si fuese una estación más. Esto no quiere decir, por otra parte, que todos los trenes tengan que parar necesariamente en Sanabria, pero sí que existirá la posibilidad de que se pare en dicha comarca y que, de este modo, el Lago de Sanabria o la villa de Puebla puedan situarse al alcance de la mano del turismo madrileño.
En todo caso, si a los criterios técnicos y de seguridad sumamos los recursos que ofrece Sanabria para el turismo, la conclusión no puede ser otra que el uso de dicho PAET como estación puede suponer una oportunidad importante para dicha comarca, pues a las necesidades logísticas y de seguridad se le puede añadir así una funcionalidad que aporte nuevas posibilidades al noroeste zamorano, que falta tiene de ello.
No obstante, la llegada del AVE a Sanabria aún tardará en llegar, pues si bien se había prometido para este año, 2016, la misma se ha pospuesto ya oficialmente a 2018, retrasándose con ello también la llegada del AVE a Galicia.
Finalmente, tal y como ocurrió con el cierre del tren de La Fregeneda (línea que espero poder ver reabierta), con el rechazo a la construcción del apeadero sanabrés por parte de algunos periodistas y políticos me vuelve a surgir la pregunta de ¿Acaso en el medio rural no se pagan impuestos? Y es que parece que para lo único que quieren algunos a los pueblos es para que paguen sus impuestos y no se les otorguen servicios. No pretendo con ello que se pongan estaciones en todos los pueblos, pero sí que, cuanto menos, no se pretendan eliminar las que son necesarias por cuestiones logísticas y de seguridad, ni se nos roben las conexiones básicas. Hasta ahí podíamos llegar.
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