Los jóvenes jubilan su sofá particular en una novedosa vigilia con castañas asadas incluidas

La Iglesia de San Andrés de Ciudad Rodrigo acogió en la noche del miércoles una novedosa Vigilia de la Inmaculada promovida por el Seminario Diocesano de San Cayetano con la colaboración de los grupos juveniles de las Parroquias de San Cristóbal y San Andrés, la Delegación de Juventud de la Diócesis, el grupo Antorcha de la Parroquia de El Salvador o el grupo de La Pasión.

La vigilia tuvo como lema Salta de tu sofá, siendo el objetivo de la misma que los jóvenes tomasen conciencia de que no pueden quedarse quietos con sus 'vicios' y su inconformismo, sino que deben "jubilar" su sofá particular y liberarse de las ataduras que les impiden un verdadero desarrollo humano y social.

El acto en el interior del templo duró en torno a una hora, componiéndose de varios bloques. Los primeros tuvieron como referencia un sofá instalado a los pies del altar, en el que se fueron sentando para empezar varios jóvenes que hicieron una serie de reflexiones sobre situaciones que afectan a los jóvenes, como la dependencia de series de TV o partidos de fútbol, la falta de iniciativa, la adicción al móvil o cómo se entiende la pornografía.

A continuación, otros tres jóvenes se sentaron en el sofá y fueron atados por un dragón, para simbolizar que las ataduras "son más reales de lo que parece". En ese momento, se escucharon unas palabras pronunciadas por el Papa Francisco el pasado verano en la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia, donde precisamente puso el ejemplo del sofá, pidiendo a los jóvenes que no sean "jubilados".

Con esas palabras del Papa se produjo la 'liberación' de los jóvenes atados, que escenificó el Obispo de la Diócesis Raúl Berzosa. A continuación se cantó una canción y el párroco de San Andrés, Celso Martín Santos dio lectura a un pasaje del Evangelio en el que se presenta que la Virgen María fue "la primera que se levantó del sofá".

A continuación tomó la palabra el Obispo Raúl Berzosa para pronunciar una especie de homilía en torno a la misma idea, indicando que los jóvenes se han convertido en tecnolíquidos y tecnogaseosos, apostado por salir de ahí hacia el mundo real. Berzosa también contó una parábola y cantó una canción. Tras ello, se produjo la liberación simbólica de las ataduras mediante la 'jubilación' del sofá, que fue llevado a la parte de atrás del templo.

Como parte final, 12 personas ?casi todas jóvenes- dieron lectura a una serie de peticiones con la Virgen María como eje al mismo tiempo que esas personas colocaban unas estrellas en torno a una imagen de la Virgen Inmaculada. Asimismo, se encendieron una docena de velas.

Tras una oración final sobre la Inmaculada, el Obispo cerró el acto con unas palabras, saliendo todos los presentes al exterior para disfrutar de una pequeña fiesta degustando castañas asadas y refrescos mientras sonaba música.