Algunos de los poetas que forman parte de 'No Resignación. Antología de Salamanca', editada por el Ayuntamiento de Salamanca
Doce poetas salmantinos o con residencia en la ciudad se incluyeron entre los 136 poetas del mundo que integran la muy valorada antología NO RESIGNACIÓN, impulsada desde la Concejalía de Familia e Igualdad Social del Ayuntamiento de Salamanca.
En esta oportunidad, dejamos conocer los textos de cinco de ellos, tres mujeres y dos hombres. Desde una Salamanca que siempre acoge al mundo, va este clamor que será leído en muy diversos sitios del planeta.
MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ
para Ana Orantes, a quien su exmarido prendió fuego
un 17 de diciembre de 1997
La mirada insolente
es una forma aguda como un clavo en la tierra,
contiene una porción horrible de sí misma
y apenas imagina
la depauperada humillación de estar
como si no,
del cuerpo que se arruga
y se encoge en su nudo primerizo
volviéndose ceniza, haciéndose invisible
materia degradada por el odio,
la paja que se prende con blandura.
La mirada insolente
acompaña a la mano, a la pierna insolentes
para apresar el cuerpo con el garfio del miedo
porque ella está tan sola y ya vencida,
herida de la queja y azotada
con el tizón de espanto que lleva el que es su ángel
del mal o de la ira.
La violencia insolente
hace temblar los márgenes del cuerpo
y en su lenta combustión como de encina
la tinta de las venas escribe ese calvario
cuando era profanado el templo de la carne
y en el aire se anotan garabatos, grafitis
con la voz enfangada y sucia de ese grito
que calcina los labios, las cuerdas de la boca,
"porque yo no sabía hablar
porque yo era analfabeta
porque yo era un bulto
porque yo no valía un duro".
Oh cuerpo de papel para la hoguera.
Poetas en la presentación de la antología (Teatro Liceo)
JUAN CARLOS LÓPEZ
EL DOLOR QUE NO SE COMPARTE
Como las mujeres sabias de Alejandría
encontraste en la vida, sin querer,
las palabras que moldean
el rostro del tiempo y el dolor.
El arroyo del alma agota al alba
la certidumbre del recuerdo
para llenarte de angustia y desconsuelo.
Es la rueca del molino del silencio,
de lo que no se comparte y duele dentro,
lo que llama a la memoria perdida
y riega la soledad
de la que ama la tierra que ya no habita.
Ya no emerge en el cauce tu corazón
para beber el calvario de los días.
Te cortaron tus alas de Ícaro
con las que ansiabas volar
hacia la claridad.
Te cortaron tus manos
para escribir Libertad;
sellaron tus labios
para decir Verdad
Te fuiste de este infecundo regreso,
después de haber amado tanto,
inútilmente,
para apagar la lumbre de estos versos,
que son brasa y son fuego
que son llama y ya no son beso.
En tus ojos habita de repente la infertilidad,
lejos ya de la belleza y la luz que sembraste un día
como epopeya de lo sencillo,
de la mujer que buscó ser libre
en los surcos de los sueños.
Tomás Acosta Píriz
TOMÁS ACOSTA PÍRIZ
SIN FRONTERAS TODAS ESTÁN AQUÍ?
Sin fronteras todas están aquí.
Bajo cielo que siempre tuvo estrellas,
desdichas sin amor, los arrebatos.
Tras su incendio el carbón y la ceniza.
Del fuego el parto de la vida nueva.
De la niebla, la tormenta, los cienos,
liberación hasta la luz del paso.
Los ecos se pierden con la vergüenza
de la madre que no desdeñó el amor
ni fue una puta.
Los gestos se reparan con los años.
El cuchillo ha de morir con óxido
sin que su resplandor ciegue los ojos.
Hay que traspasar noches inquietas,
el día es jardín regado de llantos,
su pozo acoge todo el azul y gris.
De penas nacerá la risa de amor.
Del llanto la sed de ser fondo fijo
de la suprema espuma de la vida.
De sus brazos las manos se alzarán,
tocarán la lluvia sin sus venenos.
Los daños yacerán barro de estatua,
y tú:
¡mujer!
carmín de corazón en labios,
habrás vuelto a brotar
sin resignación
enamorada.
ELENA DÍAZ SANTANA
DUEÑA DE TUS AMANECERES
Eras halcón
antes de ser pájaro enjaulado,
eras luz
antes de que la sombra de su mano
tu corazón cubriera.
Resignación es palabra antigua
que no trae rama de olivo
en pico de paloma,
es travesía sin agua,
aceptar la sed.
A ser libre mujer, no temas,
extiende tus alas,
danza en tu vuelo,
deja que música de violines
tu pelo meza
y sea el arco iris
tu vestimenta.
Rompe del miedo las cadenas,
y que la vida deposite,
en el renacido cuenco de tus manos,
solo gotas de miel.
MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ
PALABRAS QUE MATAN
Cada palabra te colgó
de tus silencios.
Cada palabra arañó la piel
que envolvía tu débil cuerpo.
Cada palabra hirió tu pecho
llegando a taladrarte el corazón.
Cada palabra oscureció tu mirada
obligándote a observar lo que
nunca hubieras descubierto
en tu mundo de niña.
Cada palabra que pudo ser ternura
se convirtió en rabia
que se acomodó en la garganta
y te duele todavía.
Una palabra suya bastaría para sanarte
y te asfixió hasta este presente.
Cada palabra te sumió
en esta miseria que cada noche
se acuesta contigo
y no consigues limpiar
a pesar de las duchas diarias.
Cada palabra pudo ser blanca
y fue negrura de ausencias.
Cada palabra sangró las cicatrices
que las miradas dibujaban.
Cada palabra suya
ojalá no fuera dicha
para no dedicar tu vida
a olvidarla.
La vida debería ser otra cosa,
no justificación u olvido de golpes y palabras.
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