Textos de cinco autoras de América, España, Grecia e India, que integran la Antología 'No Resignación', coordinada por el poeta Alfredo Pérez Alencart, colaborador de SALAMANCArtv
El esfuerzo mereció la pena: NO RESIGNACIÓN, al poderse descargar libremente desde cualquier parte del mundo, está circulando desde Australia a la Patagonia, literalmente. En el pórtico de la Antología de Salamanca, anoté algo que tiene que ver con la gratitud. Y ahora lo reproduzco: "Expreso mi gratitud al amplio número de poetas que, generosamente, escribieron y ofrecieron sus versos para esta obra que, tengan por seguro, servirá de especial forma de sensibilización. También al pintor Miguel Elías, a la correctora Jacqueline Alencar, a Gráficas Lope y a quienes tradujeron los textos a nuestro castellano. Gratitudes últimas al Ayuntamiento de Salamanca, encabezado por Alfonso Fernández Mañueco, por esta renovada confianza en lo que mi modesto aporte pueda significar para la nombradía cultural de Salamanca".
Sin mayores preámbulos, les dejo, en este Día para Memorar lo mucho que falta para acabar con la Violencia hacia la mujer, cinco textos que forman parte de O RESIGNACIÓN.
Público asistente a la presentación de 'No Resignación'
ANA CECILIA BLUM
(Ecuador)
SI FUERA OTRA
Vestiría formalita
cuidaría bien el maquillaje
los colores al tomarlos
la montura requerida
el encargo roto del estambre.
Si fuera partitura
hablaría suavecito,
filtraría las palabras,
no soltara la risa,
la ironía, los enojos
como trompos de madera
soberanos del asfalto.
Soy yo, no hay estribillo
mujer adentro que se opone al molde
de los días
y no puede omitir
sus ojos fieros
su ardor andante
su lengua en verso
su vuelo su destino su locura.
María Koutentaki y Alfredo Pérez Alencart, leyendo el poema de Dyonisia Karpouzis
ANGÉLICA TANARRO
(España)
MIL Y UNA NOCHES NO BASTARÍAN...
Mil y una noches no bastarían...
Ella lo sabe
pero insiste.
Aún confía ?quiere? en las palabras
que serán piedras
contra su cuerpo de cristal.
Niña a la pata coja
encerrada en un círculo de tiza.
Portada de la antología
DYONISIA KARPOUZIS
(Grecia)
MANO QUE SIRVES DE NADA
Mano capaz de asesinar,
ahora estás arrinconada
bien adentro de la cárcel
que nos protege de tu mal.
Mano capaz de abofetear,
ahora te detiene la protesta
y el grito en boca de todos.
Mano que sirves de nada,
ahora no hay platos rotos
y solo destilo dignidad.
Traducción de María Koutentaki
Paula Sánchez y Yolanda Justel, entregando la obra de Miguel Elías
ANA ILCE GÓMEZ
(Nicaragua)
MUJERES CON GUITARRA
Hay muchas mujeres lapidadas a lo largo
de la historia.
Su vida fue de jaurías y de toros rabiosos
de sangre alzada
de mordeduras largas.
Mujeres que le devolvieron al mundo
la embestida,
que se inmolaron o tuvieron que matar
para seguir viviendo,
esas que en la hora más oscura
roturaron el campo con sus uñas
para que vos y yo pasemos.
Hondas mujeres
que quizás una lenta madrugada
marcharon al fuego o a la horca
por cosas tales como desordenar
el orden público
por inventar una nueva manera de descifrar
la vida
por tener voz
o por infieles
o ateas.
Ellas ya no están. Sus cabezas reposan
sobre un siglo o dos. Sus ojos
ya no existen.
Pero de ellas perdura una hebra sutil
un hilo ciego que sin saberlo
nos hace crecer y despertarnos en la noche
con unas ganas inmensas de vivir
de derribar todos los muros
de desafiar todas las hogueras
así como de amar y de pulsar
todas
toditas las guitarras de la tierra.
No resignación (Boceto de Miguel Elías)
YASHODHARA RAYCHAUDHURI
(India)
AL PRIMER MUNDO, DESDE EL TERCER MUNDO
Como algo práctico, nuestras violaciones no son tan simples.
Como algo práctico, nos violan de una manera mucho más violenta
para que muramos. O durmamos en el hueco del arrozal pantanoso
Nos acuestan estiradas, empapadas en el barro.
Y sabemos y sentimos
que las serpientes pasan por nuestras fosas nasales,
por el borde de nuestros ojos.
Los hombres de nuestra parte del mundo son semejantes a los tigres
Se reúnen con un grito de guerra y matan un cordero o dos
Los desgarran y después justifican,
porque los corderos se significan por su carne
Como todo lo demás, la manera en que usted es violada
es diferente a lo que hacen con nosotras.
En su mundo, si el marido penetra
sin su consentimiento: puede demandarle
Si un compañero del colegio
le besa sin su permiso
O un hombre conocido le lleva hacia una esquina
para tocar sus partes:
puede demandarles.
¡Oh la mujer del primer mundo!
No tiene pallus como nosotras
No lleva burkas como nosotras
¡Está tan cómodamente vestida!
Aun así protesta contra algo parecido a una violación.
La violación: nosotros la sobrevivimos día tras día.
Pallu: una cubierta de la cara por el sari, destinado a proteger la pureza de la mujer.
Burka: el vestido negro que cubre una mujer musulmana de cabeza a pies.
(Traducción desde el bengalí: Mainak Adak)
Reportaje fotográfico de Jacqueline Alencar
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