Nuestra joven democracia acaba de inaugurar oficialmente la XII legislatura en la que, más que nunca, serán necesarios el diálogo y el entendimiento. Entre la variopinta composición del arco parlamentario eran previsibles actitudes peculiares por parte de algunos personajes.
Que los presidentes de comunidades autónomas con aspiraciones secesionistas no quieran asistir a los actos programados por la "potencia opresora", es algo que figura en su programa. La pena es que, cuando se trata de venir a "poner el cazo", les viene bien cualquier interlocutor, y no desprecian ni los céntimos. Si lo van a pasar mal y, además, al regreso tendrían que soportar burlas de sus súbditos, no se molesten en venir, ya se esperaba su ausencia. Únicamente sería de agradecer que, para evitar la molestia de tener que reservarles asiento en actos donde escasean, confirmen su no asistencia con suficiente antelación. El personal laboral se lo agradecerá.
Que los integrantes de formaciones políticas que abogan por la república como forma de gobierno, intenten esforzarse ?cuando más espectadores les contemplan- en dejar clara su oposición a la monarquía, es algo también esperado. Es cierto que cada vez hay menos naciones en las que subsista esta forma de gobierno, pero eso no significa de deba ser, forzosamente, mejor ni peor que, por ejemplo, la república o el sistema presidencialista. Monarcas absolutistas, y presidentes deshonestos han festoneado la historia de muchas naciones y, dada la condición del ser humano, todo hace suponer que siempre habrá algún dirigente seducido por la arbitrariedad, la corrupción o el nepotismo. Ahora bien, la convicción política de cada cual nunca debe estar reñida con las reglas de cortesía y buenos modales. Los desplantes apoyados en la seguridad de que el ofendido nunca responderá con la misma actitud, califican claramente a quien los practica. La falta de educación y "el no saber estar" excitarán a sus prosélitos, pero, al mismo tiempo, servirá para que acaben de conocerles los demás. Por curiosidad ¿conocen algún país serio en el que los políticos traten de ofender "en persona" al Jefe del Estado? Nótese que he escrito "traten de ofender", otra cosa bien distinta es que lo consigan. Lo que sí consiguen con frecuencia es hacer el ridículo. El "tuneado" a que se someten algunos parlamentarios disfrazados de nomos para tratar de llamar la atención, no lo he visto en ninguna otra cámara del mundo. Por favor, el pueblo espera de Uds. algún detalle concreto que demuestre haber trabajado en temas importantes. Hasta ahora, sólo conocemos su oposición a toda propuesta que no sea la suya ¿Cuándo presentarán alguna que sea realizable?
Por último, ¿qué tiene parte de la izquierda española contra el Ejército y las Fuerzas de Seguridad? ¿Por qué todas las naciones respetan a esos hombres y mujeres, y ven en ellos a personas de su misma procedencia que cumplen con la misión que se les ha encomendado, como hacen otros políticos? ¿Es que en Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Irán o Rusia no hay policías, ni ejércitos ni desfiles? ¿O es que en España hay menos democracia que en esos países?
Actitudes tan ruines como negar el aplauso, no al orador, sino a algo tan querido como las víctimas del terrorismo, tiene muy difícil justificación en cualquier democracia que se precie. Como tampoco entendería nadie -fuera de España- que políticos con responsabilidades de gobierno se rasguen las vestiduras cuando se aplica la ley a quien se la salta y, a la vez, se muestran benevolentes con asesinos convictos y confesos. Esa actitud me da pie para pensar que su rechazo no está basado en ningún sentimiento debidamente razonado. Lo suyo es, simple y llanamente, una obsesión, una enfermedad. Están contagiados por el virus de un nacionalismo de vía estrecha, y por un extrañísimo complejo de víctimas.
Ahora bien, piensen que el español ya está de vuelta en muchos temas y sabe distinguir las conductas simuladas de las sinceras. Por fortuna, una inmensa mayoría respeta y valora a ese Ejército y esas Fuerzas del Orden que cumplen su cometido estando dispuestos a dar su vida por defender la paz, la libertad y el bienestar de todos, incluidos Uds.
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