Cuando estos días oigo hablar de Pactos de Estado por la Educación, contra la violencia de género o la pobreza energética, etc.; no puedo evitar que el desánimo se apodere de mí. Palabras, muchas palabras vacías de contenido frente a una muy escasa, al menos poco patente, voluntad de actuar con energía.
La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES), de la que forman parte más de 8.000 entidades de acción social, presente en todo el Estado Español, propuso con motivo de las elecciones celebradas en junio de mismo año un Pacto contra la Pobreza, por considerar que se trataba de una excelente ocasión para demostrar que realmente existía una voluntad política compartida de asumir el reto de reducir significativamente la pobreza, la exclusión y la desigualdad, por parte de los partidos políticos que aspiran a formar gobierno.
Tal vez debiéramos recordar también, que en 2007, siendo Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, un Pacto de Estado contra la Pobreza, fue firmado por todos los partidos políticos con representación en el Parlamento ¡Por todos! El caso es que un "Pacto de Estado" es una práctica política de consenso y acuerdo entre los partidos políticos para enmarcar la acción del Estado a largo plazo en asuntos de trascendencia, sin consideración de qué partido ocupa el gobierno en cada momento. Definición poco acertada ya que da igual quien ostente la responsabilidad de gobernar en cada momento el pacto se incumple sistemáticamente sin ningún rubor.
El texto finalizaba con el siguiente párrafo: Los grupos políticos representados por los/as abajo firmantes se comprometen, en su ejercicio parlamentario y en sus responsabilidades de Gobierno estatal, local y/o autonómico, a impulsar los mecanismos necesarios para la puesta en marcha de estas políticas e iniciativas, de acuerdo al calendario establecido en el presente documento. ¡Ya!
Según el balance realizado por la Coordinadora Nacional de Organizaciones No Gubernamentales (CONGDE), durante los años de vida del Pacto de Estado, sólo se han cumplido dos de los 32 compromisos ratificados por todos los partidos en 2008, y asómbrense, uno de ellos es la creación de una Comisión de seguimiento del Pacto. Claro uno se pregunta ¿y de qué va a hacer seguimiento la citada Comisión? El segundo, muy dudoso y difícil de evaluar por la delegación de funciones en las Autonomías, se trataría de la donación del 5% del total de los recursos canalizados a través de ONG a proyectos de Sensibilización Ciudadana.
Y como hoy las hemerotecas son una buena herramienta para refrescar las memorias, les recodaré a ustedes que el Sr. Gonzalo Robles, entonces secretario general de Cooperación, elogio durante una comparecencia en el Congreso el Pacto con las siguientes palabras: "El Pacto de Estado no tiene rango de ley aunque en democracia casi lo debería tener. Es un pacto que firmamos todos los partidos políticos antes de las elecciones generales y que nos comprometía a cosas muy concretas". Pero meses después el Sr. Robles reconoció públicamente el incumplimiento tratando de justificarlo con estas palabras: "El pacto de Estado fue firmado a instancia de la sociedad civil por las fuerzas políticas en un contexto determinado -expansión económica-" y apostilló "Considero mucho más importante dar prioridad a los planes directores que han sido aprobados por una pluralidad de actores, el Pacto de Estado sólo tiene interés para una de las partes: la Coordinadora de ONG que fue la promotora del pacto". Y si sólo tenía interés para la Coordinadora de ONG y a ustedes les importaba un pito ¿por qué lo firmaron todos los partidos políticos presentes en el Congreso incluido el Partido Popular representado en aquella ocasión por la Señora Ana Pastor? Con estos antecedentes comprenderán mi incredulidad cuando oigo hablar a nuestros representantes de pactar.
Por cierto, deliberadamente he omitido cualquier referencia al que en breve será Presidente de los Estados Unidos de América pues mucho se ha sido escrito y hablado por personas más informadas que yo. ¿Y si me preguntan? Pues haré mía la respuesta dada por un vasco que salía de misa a un amigo que le preguntó ¿Qué dice el cura sobre el pecado? A lo que primero respondió lacónicamente: Dice que no es partidario. Pues eso.La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
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