Las encinas y alcornoques son la cima y su fruto, el sustento. En su efímera libertad, pastan sobre un manto verde de hierba en la dehesa, donde comparten el agua con las aves fugaces bajo un cielo azul y limpio que bendice, como un don para el hombre,
Las encinas y alcornoques son la cima y su fruto, el sustento. En su efímera libertad, pastan sobre un manto verde de hierba en la dehesa, donde comparten el agua con las aves fugaces bajo un cielo azul y limpio que bendice, como un don para el hombre, el tiempo de la montanera, antesala del buen alimento, a caballo entre el otoño y el invierno.
(Jclp)
La 'Mirada' de SALAMANCArtv AL DÍA en este martes otoñal nos conduce a la belleza de la dehesa de la mano del gran fotógrafo Rubén Vicente García, quien recogió esta imagen en una hermosa finca, la de Carabias, próxima a Alba de Tormes, propiedad de Lino Reyes, otro buen aficionado a la fotografía y auténtico experto en la elaboración de exquisitos productos del ibérico desde su afamada fábrica de 'El Ventorro', en a Villa Ducal.
¿Qué es la montanera?
La montanera es la última fase de la cría del cerdo ibérico y consiste en dejar pastar al cerdo en la dehesa, donde se produce el engorde tradicional, entre bosques de alcornoques y encinas, siendo su fruto, la bellota, el alimento fundamental antes del sacrificio. A este método de cebo sólo se destinan los ejemplares más aptos que hayan culminado las anteriores fases.
La fase de montanera va desde octubre a febrero, coincidiendo con el periodo de maduración de la bellota. Los animales entran en esta etapa con unos 90 kilogramos de peso y pueden llegar a terminar la misma con 160 en años en una buena cosecha de bellotas, ganando un peso medio diario de unos 0,67 Kg.1
En la montanera, en oposición al sistema intensivo de producción, el cerdo ibérico vive en libertad en este espacio y permanece en movimiento, lo que está en la base de la calidad de sus carnes. De hecho, durante la montanera cada cerdo requiere de aproximadamente de una hectárea de dehesa. En esta fase fundamental, la bellota, por su elevado contenido en hidratos de carbono, aporta energía al animal, y se transformará en la famosa grasa, y las hierbas añaden el peculiar perfume, de todos los derivados del Ibérico.