El abulense integra el Consejo Asesor de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos y el jurado del reconocido Premio Internacional de Poesía 'Pilar Fernández Labrador'.
José María Muñoz Quirós (Ávila, 1957) acaba de obtener el XLII Premio Internacional de Poesía Rafael Morales, que concede el Ayuntamiento de Talavera y que está dotado con 9.000 euros y la publicación de la obra ganadora, "Para volver al sur", que obtuvo la mejor valoración del jurado, entre los 135 trabajos presentados.
Muñoz Quirós tiene una larga lista de premios conseguidos, entre los que figuran el Premio Fray Luis de León de la Junta de Castilla y León (1997), el Premio Internacional de poesía Jaime Gil de Biedma (1998), el Premio internacional San Juan de la Cruz (2005) o el Premio Alfons el Magnanim (2009). Ha publicado más de treinta poemarios, los cuales se han reunido en "Tiempo y Memoria (Vitrubio, Madrid, 2016).
El poeta abulense es catedrático de Lengua y Literatura en un instituto de su ciudad natal, es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y Doctor por la Universidad de Valladolid. También es Presidente de la Academia de Artes y Letras de Ávila, Presidente de la Academia de "Juglares de Fontiveros" de poesía y Miembro de la Academia de Poesía de Castilla y León. Director de la revista de artes y letras "El Cobaya".
Sobre el libro ganador
Respecto a "Para volver al Sur", Muñoz Quirós comenta que "es un libro de poemas donde el paisaje de la vivencia poética se dibuja a través de un mundo de sensaciones, de sueños, de elementos imaginados y sentidos. Parte desde la realidad de mis orígenes maternos procedentes de Cádiz, y desde este punto de partida, las imágenes, las experiencias se poetizan creando una atmósfera que atraviesa, desde la vivencia, la reconstrucción poética de la realidad y la memoria. Para volver al Sur siempre se exige estar envuelto en la necesidad de envolver la mirada en una luz y en un misterio claro y transparente".
Dos poemas de "Para volver al Sur", en primicia para SALAMANCArtv AL DÍA
Este paisaje es siempre una promesa
de libertad. Un mundo tan cercado
por las manos del agua. Una inocente
historia, un sol tan claro. Una imprecisa
materia de silencio. Levemente
un tiempo que esclarece la mirada
de las cosas primeras, el doliente
pasado que se esconde en la memoria.
La materia del fuego ardiente y vano.
El azul de la sombra y la derrota
del corazón. La sangre de la niebla
cuando nos ciega el alma. Lo que amamos
porque sí, porque es luz, porque nos brota
de las heridas frágiles del sueño.
Venid al frío asombro de los días
que nos traen la añoranza de las cosas
pequeñas, las más breves, las que ponen
su rostro al desconcierto de las rosas
en un jardín perdido. Soltad luego
las amarras del alma y en un brusco
relámpago de luz cerrad los ojos.
Asistirá a tus labios la palabra
inesperada siempre, la que brota
como cansada de manar tan hondo.
Venid al frío tiempo de ese tiempo
que ya nadie recuerda. Yo estoy mudo
frente al misterio de cada silencio
en el seno dormido de un poema.