ARABAYONA DE MÓGICA | Vecinos de las localidades de la comarca visitan la Ermita y participan en las actividades festivas y culturales, que se prolongarán hasta el martes. (AMPLIA GALERÍA DE FOTOS)
Sol y devoción. Como ya es tradición, una marea humana arropó este domingo la popular romería del Cristo de Hornillos. Gracias al buen tiempo, cerca de dos mil personas de Arabayona y de pueblos de la comarca acompañaron en procesión la imagen del Cristo, expuesta en la Ermita de Arabayona de Mógica.
La gran devoción al crucificado empuja a cientos de 'peregrinos' hasta el santuario hornillés, muchos de ellos a pie desde localidades limítrofes como Cantalpino, Pedroso, Villoruela o Babilafuente.
Se trata de una de las romerías más arraigadas en la provincia de Salamanca y una de las últimas del ciclo religioso-popular del año.
Tras la eucaristía en la Ermita, las imágenes del Cristo de Hornillos y La Virgen, llevadas en andas por los arabayonenses al son de la música tradicional, recorrieron en procesión las calles del pueblo. Desde la explanada del templo hasta el regreso de la comitiva se realizaron varias paradas de las imágenes para cumplir con el tradicional izado de los niños hasta la base del manto de la Virgen y los pies del crucificado, en un ritual con el que se quiere encomendar la protección de los pequeños. Un gesto que se envuelve con las jotas y charradas de los vecinos de Arabayona.
Hay que destacar que la imagen original del Cristo no desfila por las calles de Arabayona ya que una leyenda popular de los lugareños atribuye desgracias para la comunidad si ésta atraviesa el puente próximo a la ermita. En su lugar procesiona una talla del siglo XVIII.
Finalmente los habitantes y vecinos de la comarca han celebrado la fiesta en los diferentes bares de Arabayona. Ya por la tarde, está previsto un baile en la explanada de la Ermita de la mano del grupo "Mariano", así como el encierro infantil y los cabezudos, que tendrán lugar en el pabellón multiusos.
Un día en el que el sol ha acompañado a todas las celebraciones.
Marta Martín Sánchez