Ante los ojos del niño, que se halla a nuestra espalda, hay una visión paradisíaca, como si la creación estuviera recién inaugurada. Es la mirada pura. Es el momento más puro del mundo. Después desaparece el paraíso y se van imponiendo, poco a poco, las b
Ante los ojos del niño, que se halla a nuestra espalda, hay una visión paradisíaca, como si la creación estuviera recién inaugurada. Es la mirada pura. Es el momento más puro del mundo. Después desaparece el paraíso y se van imponiendo, poco a poco, las brumas del existir. Por ello, esta mirada inocente, esta visión paradisíaca, nos están hablando, sobre todo, de lo que un día fuimos. Y de lo que llegamos a perder.
José Luis Puerto (Texto) / Rosa Gómez (Fotografía)
Web de Rosa Gómez: www.emotional-landscapes.com