Se trata de un volumen escrito a partir de las 100 horas de conversación mantenidas por Nino Rodríguez y el ya fallecido Antonio Boyero
La Casa Municipal de la Cultura de Ciudad Rodrigo acogió en la tarde del viernes la presentación de Memorias de un hombre de la dehesa: Antonio Boyero, el libro que ha escrito el polifacético Nino Rodríguez Miguel para dejar testimonio por escrito de la vida del citado mayoral y caballista Antonio Boyero a partir de su testimonio directo.
En el acto de presentación -al que asistieron numerosísimos familiares y amigos de Antonio Boyero y Nino Rodríguez- se apuntó que el libro responde a "la necesidad de contar el modo de vida en el campo que se ha perdido para siempre", según las palabras póstumas de Antonio Boyero leídas por una de las nietas del protagonista, uno de los "Catedráticos del campo", según lo definió Francisco Blanco, director del Instituto de Identidades de la Diputación de Salamanca, que ha sido la encargada de editar el libro.
La historia del volumen tiene su origen en el momento en que uno de los hijos de Antonio Boyero le pasó a Nino Rodríguez un manuscrito de memorias escrito por su padre. A Nino Rodríguez le interesó el asunto, viendo la posibilidad de hacer algo de mayor envergadura. Tras dos años sin obtener una respuesta clara, un día Antonio Boyero le dijo que cuando quisiera lo hacían, y se pusieron manos a la obra.
De este modo, Nino Rodríguez estuvo acudiendo todos los lunes por la tarde durante 3 años (excepto en vacaciones) a casa de Antonio Boyero para charlar con él, acumulando más de 100 horas de grabación, hasta que un día llegó la "lección de vida" que le dio el protagonista del libro al explicarle que había que acabarlo pronto porque "se moría".
Nino Rodríguez planteó el proyecto al Instituto de las Identidades hace alrededor de un año, dando el visto bueno, y acelerando el proceso, ya que habitualmente los libros tardan en ver la luz un par de años. Sin embargo, no ha sido posible que Antonio Boyero llegue a ver el libro publicado.
El volumen se divide en varios libros que corresponden a las fincas por donde pasó Antonio Boyero a lo largo de su vida, empezando por Terrones, donde estuvo con su padre. Posteriormente, pasó a la Finca Llen, donde con Vicente Charro aprendió lo que es una ganadería brava. Tras un período de 4 años en Iruelos de transición (aunque relevante porque se inauguró la Plaza de Santa Cruz de Ciudad Rodrigo, aportando ganado), pasó a Fuenterroble, donde estuvo la mayor parte de su vida, hasta que se jubiló.
El acto, presentado por el teniente de alcalde del Ayuntamiento Domingo Benito, contó con la intervención de un hijo de Antonio Boyero, quién apuntó que el libro era "un sueño de mi padre que lo empezó hace años y que se ha hecho realidad con Nino", opinión corroborada por su nieta, que también pronunció unas palabras.
Por su parte, el director del Instituto de las Identidades Francisco Blanco resaltó que "es un mundo que quedaría hundido en la desmemoria sino fuera por libros como este", destacando que hay que "saludar con euforia trabajos como éste para que generaciones venideras lo conozcan". De Antonio Boyero alabó su "conocimiento del campo y de los animales; su conocimiento ancestral", apuntando que con el libro "queda un rastro perenne, permanece vivo, como una encina que jamás pierde la hoja".