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Letras Corsarias, bitácora de una nueva forma de hacer librería
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UN ESPACIO LLENO DE HALLAZGOS

Letras Corsarias, bitácora de una nueva forma de hacer librería

Actualizado 06/10/2016

La comunidad corsaria no solo somos los que visitamos y disfrutamos el espacio físico de la librería

A estribor, la literatura infantil, feliz y colorida ¿En qué se diferencia un cliente de literatura infantil del de literatura para adultos? Los dos tipos de clientes piden consejo igual, pero lo que sí noto es que los padres jóvenes de bebés les animan a la lectura desde el minuto uno del niño. Mercedes lleva el timón de la sección infantil y juvenil de Letras Corsarias casi sin ruido, deslizándose por la cubierta con un crujido de páginas que van pasando hacia la sección juvenil donde el lector da el estirón: A partir de los doce años les gusta elegir a ellos y se fían de las redes sociales. Es verdad que leen mucho menos, tienen tantos estímulos que dejan la lectura un poco de lado? pero vuelven? y disfrutan de la fantasía en general aunque también les gustan los libros que hablan de la vida real, de la suya. Si quieres saber los que más se leen quizás Joe Abercrombie, las aventuras del joven Moriarty y claro, David Wallians, nuestro nuevo Roalh Dahl? y fíjate, ahora se inclinan mucho hacia el cómic, regresa el álbum ilustrado de calidad y eso lo comparten con muchos padres.

Sin embargo, para Rafael Arias, el capitán pirata de esta tripulación letrada, le gusta pensar que su librería no tiene dos secciones sino un conjunto de buenos libros. Mientras Carmen Borrego lo recorre con su cámara, reconozco que se trata de un mismo espacio que, como el fluir de la vida, ordena las edades sin ruptura. Un espacio que juega para convertirse en escenario, foro, lugar de conferencia y encuentro. Una apuesta arriesgada cuya carta de navegación tuve el privilegio de conocer muy pronto, aterrada por la valentía de Rafa y fascinada por su voluntad inquebrantable de ser librero. Son tiempos muy difíciles para la lectura, cierto, pero los lectores leen, independientemente del formato, porque es una forma de vida. La lectura es algo sosegado y nuestra vida está hecha de prisa, es casi instantánea, sin embargo acabaremos integrándolo todo y a medio plazo volveremos a la lectura.

Hay algo de Corto Maltés en este hombre joven, moreno y de una valentía suicida que se sienta conmigo en el banco, a la puerta de su librería, en una plaza recorrida por gentes que le saludan y donde se asoman los libros, los comics y los autores que ocupan Letras Corsarias. Las librerías siempre fueron así, un lugar de encuentro. La librería vive de vender libros, pero tiene que ser un punto de encuentro, de discusión, de rebeldía. El libro siempre ha sido un modo de crear y de inquietar. Yo estoy convencido de que la librería es un reflejo de su librero y no hay nada inocente a la hora de elegir títulos o programar actividades. Tenía una idea de lo que yo quería y la identidad de la librería se ha ido haciendo a lo largo de estos meses, con la gente, con las actividades?

La gente. Mi hija se sienta en una de las butacas para leer el último ejemplar de Mortadelo y Filemón como si estuviera en su casa, y una mañana de frío intenso nada más entrar me ofrecen un té caliente. La hospitalidad de esta cubierta acogedora es legendaria: A mí nadie me molesta, aquí se viene a ver libros, eso es lo importante, y tampoco creo en la competencia entre librerías. Mi enemigo no es otra librería, es Amazon. Por eso creo en la colaboración con las librerías vecinas, con las bibliotecas. Una librería es un negocio muy complejo con mucha facturación donde se manejan márgenes muy pequeños, pero hay que plantearlo desde la innovación, y en mi caso, con una voluntad de comunidad, de encuentro, casi de barrio. La librería tiene que ser un espacio físico con su correlato en la red que forma ese grupo de gente a la que nos dirigimos todos los días con un "Buenos días, corsarios".

La comunidad corsaria no solo somos los que visitamos y disfrutamos el espacio físico de la librería. Tras el buen hacer de Antonio Marcos, uno de los mejores periodistas culturales de esta ciudad nuestra, la presencia de Letras Corsarias en las redes y en los medios de comunicación es constante, y más ahora desde que este bajel pirata se unió a otros proyectos novedosos para crear La conspiración de la pólvora, que poco tiene que ver con la revuelta de los católicos ingleses en 1605 para matar al rey Jacobo: La Conspiración somos amigos, no somos tres empresarios, sino tres libreros con formas afines. La idea surgió con la presentación común de un libro de Palomas, ahí pensamos en hacer no tres presentaciones en tres lugares distintos, sino una presentación en tres actos. Plasencia (sede de "La Puerta de Tanhäuser"), Segovia (sede de "Intempestivos") y Salamanca son ciudades muy parecidas donde hay que explotar el turismo y a las que las grandes editoriales dejan fuera atentos solo a Madrid y a Barcelona porque no les renta. Nosotros no competimos entonces con ellos, aportamos el punto de vista del oeste, llevamos más allá la idea del encuentro con los autores.

El proyecto La ruta de la pólvora, no solo ha sido un revulsivo cultural para las tres poblaciones desde tres librerías valientes y entregadas. También ha saltado a los medios de comunicación de todo el país con la entrega del Premio al Fomento del hábito lector otorgado por el Ministerio de Cultura. Es la primera vez que se da este premio a una librería, es un honor, una oportunidad única desde un punto de vista pragmático ¡Lo recibimos con miedo y con sorpresa! Es honorífico, no implica permio en metálico, pero a nosotros lo que nos importa desde La conspiración de la pólvora es que el trato con los autores es genial, el encuentro con los lectores, increíble. Ahora se trata de llevarlo más allá.

Ajenos a las tempestades, a la precariedad del autónomo que lleva el timón de un negocio tan complejo, los capitanes piratas siempre van más allá. Ya sea en estas tres librerías llenas de encanto, originales, hermosas, sorprendentes que reivindican la pequeña ciudad periférica, culta, cercana, de día a día o en el proceloso mar de las redes sociales, Rafael, Jesús y Judith, los conspiradores de la pólvora, se plantean nuevas rutas que, en el caso de nuestras Letras Corsarias, pasan por continuar disfrutando del trabajo en la librería Si hay algo de lo que puedo estar más satisfecho es de esta tripulación. Nos lo pasamos muy bien Merche, Miguel, Antonio y yo trabajando juntos, cada uno tiene su espacio y hemos conseguido construir un proyecto tanto físico como virtual? lo que pasa aquí en la librería tiene su correlato en la red, y crea una comunidad. A pesar de todas las dificultades de abrir un negocio, de ser autónomo, de tener una librería, esto es una realidad y se nos tiene en cuenta. Hay algo muy vocacional en ser librero, sí, y si cierro la librería tas un día entero de trabajo después de haber vendido dos o tres buenos libros estoy muy, muy satisfecho.

Hablamos mientras transcurre la gente y saluda a Rafa, la mañana se va haciendo más rápida en el paso. A través de la impresionante cristalera, Carmen termina de fotografiar el orden riguroso con el que se despliegan los libros en este espacio lleno de hallazgos. Rigor, entrega, apasionamiento, conocimiento, innovación y atrevimiento. Hay algo diferente en esta forma de encarar una librería. Porque una librería es el reflejo de su librero y de aquellos que le acompañan en la travesía? como nosotros, visitantes, lectores? corsarios todos. Bienvenidos a bordo.

Charo Alonso

Fotografía: Carmen Borrego

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