El jugador estaba bastante dolorido en la zona de las costillas flotantes y en el estómago, además de quedar mareado
El derby de la tarde dominical en el Francisco Mateos entre el Ciudad Rodrigo y el Carbajosa de la Sagrada se vio alterado por el parón de hasta 32 minutos por el fuerte encontronazo que sufrieron en el minuto 84 el portero del Ciudad Rodrigo, Pepo, y el delantero de los visitantes Jorge Cruz.
El choque se produjo cuando el delantero del Carbajosa se internó en el área en busca del balón, que iba a media altura. Pepo se anticipó a cogerlo, chocando ambos con cierta violencia. Producto del choque, ambos quedaron doloridos, pero la peor parte se la llevó el jugador del Carbajosa, que empezó a notar como si le faltase el aire como se ha visto más de una vez en golpes de este tipo.
Varios jugadores de los dos equipos fueron a ayudarle, pero enseguida se vio que el golpe había sido serio, mostrándose el jugador muy dolorido en la zona de las costillas flotantes y en el estómago. Además, aunque no llegó a perder la consciencia y las constantes vitales eran buenas, el golpe le dejó también bastante mareado. Aunque no había personal sanitario de servicio en el campo, el jugador fue atendido por uno de los integrantes de la Junta Gestora del Ciudad Rodrigo, Manolo, sanitario de profesión.
En ese momento se vio la necesidad de tenerlo que sacar del campo con camilla, pero en el campo no había ninguna disponible. Aunque jugadores como Javi Moríñigo y Víctor llegaron a entrar en la zona de los vestuarios en busca de cierta camilla que se creía recordar que había por allí, en realidad no había nada utilizable por lo que fue totalmente necesario llamar al 112 (al menos hubo una llamada por parte de los agentes de la Guardia Civil presentes en el campo), incluido para sacar al jugador del propio rectángulo de juego.
La ambulancia tardó unos minutos en llegar (el jugador fue tapado por mantas para que no se enfriase), entrando en el propio césped, donde estuvo atendiendo al jugador, ante la atenta mirada de jugadores, técnicos y del trío arbitral (los jugadores se fueron poco a poco alejando para hacer ejercicios y no quedarse fríos).
Tras colocarle un gotero, se procedió a subirlo con la llamada 'cuchara' a la camilla (tarea en la que ayudó el portero mirobrigense Pepo) y de ahí a la ambulancia, entre los aplausos del público congregado en el Francisco Mateos. La ambulancia puso rumbo al Complejo Hospitalario de Salamanca donde está previsto que el jugador sea sometido a pruebas para determinar si sufre algún tipo de lesión.