Masiva asistencia de fieles a la solemne procesión de la Virgen de la Peña

Los fieles mirobrigenses se volcaron en la tarde del jueves con la celebración principal de la festividad de Nuestra Señora la Virgen de la Peña de Francia, que había tenido otro punto culminante horas antes en el Santuario del Risco Mariano con una eucaristía presidida por el Obispo Raúl Berzosa, que también se encargó de presidir los actos de la tarde en la Parroquia de San Andrés.

Ese bloque de actos comenzó también con una misa, en cuya homilía el Obispo recordó que la Virgen de la Peña no sólo es la patrona de Ciudad Rodrigo, sino también de la provincia de Salamanca y de la autonomía. Asimismo, hizo una reflexión en torno a la Virgen y el Año Jubilar de la Misericordia que está viviendo la Iglesia Católica.

Concluida la eucaristía y los rezos de la novena propiamente dichos, llegó la hora de procesionar la imagen de la Virgen de la Peña, que este año fue portada como novedad por varios miembros de la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz. La salida de la imagen del templo transcurrió sin incidencias (el año pasado la imagen estuvo a punto de irse en ese momento al suelo), pero en cambio el reinicio de la marcha tras cada parada fue bastante peliagudo. Como bromeó el propio Obispo al concluir, "casi hemos tenido alguna caída como tuvo Jesús".

Junto al Obispo, desfilaron en la procesión varios sacerdotes, además del fraile dominico que ha predicado la novena de este año, el padre José Antonio Solórzano Pérez. Tras ellos iban los concejales del PP asistentes a los actos religiosos de la tarde del jueves: Marcos Iglesias, Ramón Sastre, Carolina Paniagua y José Manuel Jerez.

La procesión, en la que ocuparon un espacio destacado las mayordomas, Francisca Sánchez y Amalia Ramajo, transcurrió por el recorrido habitual por la calle San Antón, Canal, Avenida de España, Glorieta del Árbol Gordo, calle Santa Clara y de nuevo calle San Antón de regreso a la Parroquia.

Al paso por la Glorieta del Árbol Gordo, la comitiva se detuvo para rezar una Salve, momento en el cual el párroco Celso Martín Santos invitó a todos los presentes a mirar al Santuario de la Peña. Tanto ese paso por la Glorieta del Árbol Gordo como por el tramo de la calle Santa Clara anexo al Parque de La Glorieta fueron seguidos por bastante público, que vio con respeto el paso de la procesión.

De regreso a la Iglesia, y antes de ser introducida en el templo, la imagen de la Virgen fue colocada sobre unos bancos, para cantar una Salve. A continuación, el Obispo cerró el acto deseando "que nos veamos todos el próximo año", y lanzando tres vivas a la Virgen de la Peña.