La formación morada no mueve ficha a la espera de que Sánchez aclare si su llamamiento a las fuerzas del cambio supone que quiere buscar alternativas
Tras el fracaso de Mariano Rajoy, Podemos no mueve ficha, espera que Pedro Sánchez aclare si su llamamiento a las fuerzas del cambio supone que quiere buscar una alternativa de Gobierno, aunque teme que los socialistas prefieran unas terceras elecciones a pactar con ellos.
Sin otras señales que les hagan pensar que el PSOE va a intentar desbloquear la situación política, Podemos ha recibido con recelo la apelación de Sánchez, que fuentes de la dirección no se atreven ni siquiera a interpretar como una llamada a la negociación.
Algunos dirigentes consultados por Efe no ven en la "ambigüedad" de Sánchez ningún cambio y se muestran convencidos de que el PSOE se ha instalado ya en el callejón sin salida que abocaría a nuevas elecciones.
Otros admiten que algo ha dejado abierto, pero lo cierto es que si los socialistas intentan reeditar la oferta para un acuerdo de Gobierno con Podemos y Ciudadanos no parece tener muchos visos de salir adelante.
El propio Pablo Iglesias recordaba el viernes que son "incompatibles" en materia económica y que el único objetivo de Albert Rivera parece ser que no gobierne Podemos.
Eso sí, si Ciudadanos les da su abstención la aceptarán de buen grado. "Estaría bien", según Iglesias, quien ya ha anticipado que lo que en ningún caso sería "gratis" es el apoyo de Podemos al PSOE, porque se trataría de buscar un acuerdo de Gobierno basado en propuestas programáticas para mejorar la situación del país.
Hasta que llegue el momento de hablar de ese acuerdo -si es que llega-, Podemos se mantiene firme en no tomar la iniciativa y en señalar que la llave para no ir a otras elecciones la tiene Sánchez y que es el líder del PSOE quien debe dar el primer paso, recalcan desde la formación morada.
Dejan de lado el papel protagonista
Una postura que sorprende en un partido que hasta ahora ha buscado el protagonismo para jugar un papel principal en la conformación de Gobierno y que, empujado por la poca receptividad del PSOE, se ha inclinado en estas últimas semanas por mirar los toros desde la barrera.
Los pocos contactos que han mantenido ambos partidos se han limitado a las conversaciones habituales y rutinarias entre el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, y su homólogo socialista, Antonio Hernando; y los jefes de gabinete de Pablo Iglesias (Irene Montero) y Pedro Sánchez (Juanma Serrano).
Pero no se han detenido en abordar una posible alternativa de Gobierno, aseguran fuentes de Podemos. Cansados de que sus propuestas al PSOE cayeran en saco roto y de que -como repiten- "no sienta muy bien" que sean los primeros en lanzar propuestas, se han puesto de lado esperando que Sánchez venciera las resistencias internas y externas que le "prohíben" pactar con Iglesias, con pocas esperanzas de que eso suceda.
"Quiere pero no le dejan", repiten insistentemente los dirigentes de Podemos que han elogiado, incluso agradecido, la valentía y el coraje de Sánchez por mantener su no a Rajoy hasta el final.
Otra cosa es que eso haya servido para vencer la desconfianza del partido morado, que augura una guerra interna en el PSOE y tiene dudas de que Sánchez logre superar todas las resistencias de su partido para poder explorar una alternativa.
Asumen una tercera cita con las urnas
Ese escenario es el que les lleva a ver cerca unas terceras elecciones y a la vez a apuntar al PSOE como el único culpable si eso sucede. Desde la dirección morada no se descarta que cambien las cosas tras las próximas elecciones gallegas y vascas, en las que Pablo Iglesias y otros miembros de la ejecutiva se implicarán activamente en la campaña.
Se preparan para ello y al tiempo para otras generales por si se confirma el temor de algunos de sus dirigentes que dan por hecho que el PSOE está cerrado a cualquier acuerdo con Podemos y asumen ya una irremediable tercera cita con las urnas, en la que admiten que el resultado será incierto para todos y que al final quien se puede beneficiar es el PP.
Una situación, ya sea por elecciones o por una hipotética negociación para formar Gobierno, que obligará también a la formación morada a aplazar el debate interno sobre su organización, estructuras y objetivos.
Lo más previsible es que mientras no se desatasque el escenario político se mantenga en el aire la fecha de
Fuente: El Norte de Castilla