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La ciudad cierra heridas homenajeando a los represaliados en la Guerra Civil y la post-guerra
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80º ANIVERSARIO DE LA GUERRA CIVIL

La ciudad cierra heridas homenajeando a los represaliados en la Guerra Civil y la post-guerra

Actualizado 30/08/2016
David Rodríguez

CIUDAD RODRIGO | La nieta del que era alcalde, Manuel Martín Cascón, leyó la emotiva carta escrita por su abuelo horas antes de su fusilamiento

Hace exactamente 80 años, a las 6 de la mañana del 30 de agosto de 1936, eran fusilados en las tapias del cementerio de Salamanca el que era en aquel momento alcalde de Ciudad Rodrigo, Manuel Germán Nicolás Martín Cascón, y otro de los integrantes de la Gestora Municipal que dirigía la ciudad, Aquilino Macario Moro Ledesma.

Coincidiendo con tan señalada efeméride, el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo rindió homenaje en la mañana del martes a todos los integrantes de la Corporación Municipal que había en aquel momento que fueron represaliados, así como a todos los mirobrigenses que sufrieron tanto la Guerra Civil como el franquismo (especialmente en el período comprendido entre 1936 y 1948).

Su recuerdo ya queda de forma permanente entre los mirobrigenses, con el descubrimiento de una placa en la galería alta de la Casa Consistorial a la conclusión de la primera parte del homenaje a los represaliados, consistente en un acto institucional en el salón de plenos en el que intervinieron representantes de todos los partidos políticos (y en el que estuvo presente entre el público el histórico líder de IU Julio Anguita).

La ciudad cierra heridas homenajeando a los represaliados en la Guerra Civil y la post-guerra   | Imagen 1En ese acto, el alcalde Juan Tomás Muñoz explicó que, en lo que respecta a la Corporación Municipal, y además de las dos personas ya mencionadas, en los meses siguientes al estallido del conflicto bélico (hasta junio de 1937) fueron asesinados otros siete miembros: Ángel Grimaldos Múgica, Eugenio Cerezo Hernández, Pablo Santos Sánchez, Victoriano García Hernández, Francisco Oliva Pastor, Ángel López Delgado y Santiago González de la Iglesia.

Los únicos que se libraron fueron José Montejo Hernández, que había dimitido por discrepancias en asuntos agrarios con el resto de la Corporación en las semanas previas al Golpe de Estado, y Ángel Herrero Cascón, de cuya muerte también se cumplieron 80 años el domingo, pero que en este caso falleció por una meningitis tuberculosa.

Los descendientes toman la palabra

Dentro de los actos de la mañana del martes, la parte más emotiva tuvo lugar junto al monolito colocado en memoria de todas las víctimas del conflicto en la glorieta que une la Avenida de Arcachon y el Paseo de Carmelitas. Allí tomaron la palabra descendientes de algunas víctimas del franquismo.

La primera en intervenir fue María Teresa Martín Calvarro, nieta de Manuel Martín Cascón, que dio lectura pública a la emotiva carta que escribió su abuelo el 30 de agosto de 1936 en la Prisión Provincial horas antes de ser fusilado tras ser condenado por un Consejo de Guerra. En esa carta se despide de su familia, dando instrucciones sobre cómo quiere ser enterrado (en el cementerio de Ciudad Rodrigo, algo que no fue posible hasta 1986) o cómo quiere que sea la educación de sus hijos, despidiéndose mandando un "último beso".

A continuación, tomó la palabra Juan José Aparicio Cascón, primo de la anterior interviniente, que relató cómo su padre fue también fusilado junto a otras seis personas cuando él tenía apenas 6 años. Juan José Aparicio resaltó la "desvergüenza jurídica" con la que se llevaron a cabo los actos.

La ciudad cierra heridas homenajeando a los represaliados en la Guerra Civil y la post-guerra   | Imagen 2En este sentido, y durante el mismo acto, el estudioso Ángel Iglesias Ovejero, explicó que a la hora de hablar de la represión del franquismo se puede distinguir entre aquellos que fueron eliminados por una sentencia de Consejo de Guerra y aquellos que fueron eliminados extrajudicialmente. Por ejemplo, el alcalde Manuel Martín Cascón fue eliminado por sentencia de Consejo de Guerra, mientras que el resto de la Gestora Municipal fue asesinada por vía extrajudicial. Durante su intervención, Ángel Iglesias reflexionó que los militares sublevados son responsables de todas las muertes que hubo, "incluido de sus propios muertos".

Por último, en ese acto junto al monolito intervino Ángel de Miguel, hijo de Alfredo Miguel Abril, "a quién a los 14 años asesinaron a su padre, Alfredo Miguel Plaza, en Ravida, el 16 de diciembre de 1936". De su caso personal, él mismo destacó que dos hermanos de su padre se integraron en el bando sublevado. Asimismo, hizo hincapié en que los familiares que quedaron vivos, como su propio padre, "sufrieron el terror y el miedo", observando como los familiares "tomaron otras rutas" y los amigos dieron la espalda a la familia por temor a más represalias.

Desde su punto de vista, lo que ocurrió en aquel momento fue que "gente de dinero, religión y militares se unieron para vivir mejor a costa de los demás", alertando de que en esa situación "no puede caer esta España nuestra", de ahí la importancia de actos como el de la mañana del martes para "no repetir" los hechos que tuvieron lugar.

Para Ángel de Miguel, "no se puede olvidar, ni unos ni otros", pero sí quiso trasladar como mensaje que "tenemos que ser conscientes de que no podemos mirar a los hijos de los verdugos y canallas como una continuidad, porque no tienen la culpa", planteando un caso de su familia, que tuvo relación con familiares del conocido como Capitán Cejudo, a quién "le importaba poco llevar a la muerte a quién fuera".

Los políticos insisten en el concepto de "cerrar heridas"

Durante el acto junto al monolito también intervino una representante de la Asociación Salamanca Memoria y Justicia, Luisa, quién expuso que son "homenajes que llegan tarde, pero llegan", opinión refrendada por los partidos políticos en sus intervenciones en el salón de plenos en el primer tramo de la mañana. Por ejemplo, según el portavoz del PSOE Carlos Fernández Chanca, este "acto de justicia" llegaba "tarde, muy tarde", pero después de 80 años los nombres de los Concejales represaliados "pasarán de las actas a este sencillo recordatorio".

En ese espacio también se quiso remarcar que el homenaje organizado por el Ayuntamiento era de "reconciliación, recuerdo y homenaje", en palabras del alcalde Juan Tomás Muñoz, teniendo como objetivo "contribuir a cerrar heridas todavía abiertas, también entre los mirobrigenses", y lanzando un "mensaje de reconciliación, no de rencor, como algunos, tal vez asentados en ese rencor, intentan que prevalezca".

La ciudad cierra heridas homenajeando a los represaliados en la Guerra Civil y la post-guerra   | Imagen 3En esta línea, el portavoz de Ciudadanos Joaquín Pellicer expuso que "se hace justicia a quienes hace 80 años perdieron la vida por ejercer como representantes de los ciudadanos", afirmando que el acto servía para "acabar con la deuda de reconocimiento que tenemos con ellos desde entonces".

En la misma línea se expresó Domingo Benito, quién considera que con este homenaje el Ayuntamiento "da un paso que era más que necesario; que Ciudad Rodrigo se reconcilie con su pasado"; un "reconocimiento a aquellos que murieron sólo por sus ideas", en palabras de Carlos Fernández Chanca.

Según reflexionó el portavoz del PSOE, las personas de la Gestora Municipal de Ciudad Rodrigo "no habían molestado" al clero ni a nadie pero "había sed de sangre". Al hilo, Domingo Benito recordó lo escrito por el General Mola antes del Golpe de Estado, con unas órdenes donde "se ve la intención criminal" de la "brutal represión del régimen franquista", cuyo proyecto era "el exterminio de un sector de la población". En el acto junto al monolito en memoria de las víctimas subrayó que lo ocurrido "no fue un 'accidente', sino premeditado".

La portavoz adjunta del PP, Carolina Paniagua, reflexionó que no solo la Corporación fue víctima de este "horrible episodio", sino también otros "venerables mirobrigenses, de diferente ámbito y condición, sin ningún tipo de participación en el conflicto", por lo que el homenaje era extensible "a todos los mirobrigenses que por ideas políticas y religiosas aquí o en otro lugar sufrieron la tiranía de pensar diferente del otro", añadiendo que con la guerra "nadie gana, todo el mundo pierde", resaltando que "las ideas políticas y religiosas nunca debieron enarbolarse como excusa para cometer tropelías".

En esa ronda de intervenciones también se habló de futuro. Para Domingo Benito (que leyó la carta que en 1971 escribió otro represaliado, Fernando Arrabal, a Franco), "hay que avanzar en la dinámica de realizar memoriales y homenajes", planteando lo que se hace en Alemania. El portavoz de IU estima que "actos como el de hoy son fundamentales para el futuro del país, porque la memoria sirve y tiene valor", apuntando que "memoria y dignidad sí, pero ni olvido ni perdón".

La ciudad cierra heridas homenajeando a los represaliados en la Guerra Civil y la post-guerra   | Imagen 4En palabras de Carolina Paniagua, portavoz adjunta del PP, "no podemos olvidar lo acontecido, pero no podemos anquilosarnos en aquellos hechos, hemos de continuar hacia el progreso y el desarrollo", recordando unas palabras de Adolfo Suárez y del Rey Don Juan Carlos en el inicio de la Transición sobre "seguir caminando hacia el futuro". En esta línea Carlos Fernández Chanca pidió que "miremos al futuro sin revanchismos", añadiendo Domingo Benito que actos como este servían también para "aprender a mirar al futuro con ilusión y esperanza pero sabiendo de dónde venimos y no repetir errores".

Para Joaquín Pellicer, el homenaje también era un "acto de celebración de los valores que defendieron". Desde el punto de vista de Carlos Fernández Chanca, "el futuro será pleno si restauramos la dignidad", recordando Domingo Benito que "quienes necesitan descanso son los vivos que todavía buscan a sus antecesores para darle sepultura".

En torno a este asunto, Juan Tomás Muñoz recordó que hoy en día todavía se impide recuperar algunos restos mortales, siendo la Ley de Memoria Histórica de "insuficiente aplicación", además de generar todavía conflictos. Por ejemplo, el alcalde explicó que no se sabe dónde están los restos de uno de los miembros de la Corporación asesinada, Pablo Santos Sánchez. Además, Ángel Iglesias Ovejero expuso que actos de homenaje como el que se estaba llevando a cabo son todavía una "excepción" en la provincia de Salamanca.

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