CANTALPINO | Llega la calma al pueblo y un tiempo de gran disfrute y serenidad para vecinos y visitantes que apuran el verano
Estas noches se disfruta de Cantalpino en toda su plenitud. La tranquilidad y las buenas temperaturas empujan a los vecinos a deleitarse ociosamente en la puerta de casa, en sus calles, con la conversación pausada y los paseos.
Finalizada ya la algarabía de los festejos, llega la calma y, por tanto, un tiempo de gran disfrute y de vivir el pueblo con toda la intensidad de sus horas y apacibilidad.
Al fresco, todos apuran un verano para el recuerdo, con el buen sabor de las fiestas y la esperanza de volver a vivir un tiempo de alegría, encuentro y también de serenidad, ya el próximo año, en un nuevo ciclo, ese imparable círculo de la vida. Algunas fotografías dan testimonio de ello, con vecinos en animada conversación pasadas las doce de la noche o grupos de peñas aprovechando los últimos días de agosto.