"Si no me citas no existo", le dijo a la colega frunciendo el entrecejo. "Por favor, chicos, rellenen todas las preguntas de la evaluación de mi desempeño docente de este curso que si no tendré problemas", dijo el profesor en el aula pensando en su continuidad o en su nómina. Tiempos de evaluación permanente, de acumular datos con los que producir algoritmos que otros interpretan. Necesidad de rendir cuentas y también de conocer quien cumple las metas o supera las expectativas para recibir un incentivo. Una cuestión compleja. El final del curso académico es un buen momento para pararse a pensar en estos asuntos. En los meses anteriores la vorágine de clases, corrección de trabajos, presentaciones en seminarios o en congresos, elaboración de artículos, viajes y conferencias, no lo permiten.
Hacer de su capa un sayo y que cada maestrillo tenga su librillo son prácticas muy arraigadas en la cultura española, existen refranes a montones. Hay una realidad de cierta parte de la Universidad actual que todavía se asienta en valores donde la ausencia de rendición de cuentas campea por doquier. Docentes que no reciclan su conocimiento ni mediante la actualización en la preparación de las clases ni por la vía de la investigación. Gente que publica rara vez y cuando lo hace es en un medio irrelevante, sin que nadie previamente dictamine sobre el contenido. Personas ausentes en congresos, incapaces de realizar estancias de investigación o de enseñanza en otros centros de relevancia. Adocenados bajos el imperio del contrato permanente simplemente dejan pasar el tiempo. Dicen que viven. Posiblemente, pero yo creo que son un hatajo de inmorales.
Mi amiga tiene cinco semanas de vacaciones al año contando el periodo navideño y el que podría decirse "de verano". La renovación de su contrato como profesora en una buena universidad privada latinoamericana es anual. Para asegurarla debe cumplir satisfactoriamente la docencia de cinco cursos semestrales. Además, le exigen asistir a un congreso de carácter internacional, para lo que le dan fondos, y publicar obligatoriamente un artículo en una revista que tenga un índice de impacto que la sitúe en el primer o segundo cuartil de su especialidad. Si llegara a publicar un segundo artículo le pagarían una determinada cantidad de acuerdo con el cuartil en que se situara. Dice que a veces siente que su vida es miserable, pero duerme tranquila todas las noches, la admiro.La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
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