para esa lluvia que no me moja cuando cae encima de mi pelo, simplemente me acaricia; para el viento que al pasar a mi lado me abraza, sólo tengo que sentirlo...
Todo estos retos que voy consiguiendo paso a paso se los ofrezco como un cesto floral, lleno de colorido y aromas a Pedro, mi enamorado, su ausencia ha desatado en mí un mundo desconocido que vivía en mi interior, un potencial de vida que brota del dolor de su no presencia.
El segundo cesto floral se lo tengo que ofrecer a mi familia que han servido de pilares, para que no me desmoronase y cayese el castillo de una sentada, y me sintiese ruinosa y perdida.
El tercer cesto lleno de flores bellas, con variado colorido, como los anteriores, y los enumero no por orden de preferencia , todos tienen la misma importancia , el mismo peso específico.
Este cesto, la ofrenda es para mi maestro, Foro, la persona que me empujó a que escribiese, aquella que pensó que dentro de mí había una mina de palabras que tenían que salir a la luz, para poder jugar con ellas y hacer delicadas construcciones, trazar un camino, pisar de nuevo la alfombra verde de la esperanza y sonreír...
Otro cesto va para, aquellos que forman parte de estos pilares donde me he apoyado, los amigos que me han agarrado de la mano y me han dado cariño, cobijo y confianza; me han arropado en los momentos dudosos, y me han prestado su persona para lo que haya podido necesitar.
Otro cesto lleno de aromas y variado cromatismo va para mis lectores, que como mariposillas, os habéis paseado por los textos, dejándolos impregnados en el aleteo, del polvillo de vuestras alas y se han iluminado, se han engrandecido, vosotros con vuestra mirada, lo habéis coloreado.
También quiero ofrecer mi cesto a, esta maravillosa aventura que me ha brindado Adrián, en la cual he aprendido y sobre todo he saboreado las mieles de la fantasía, de la ilusión y de la conquista...
Gracias a todos he podido salir adelante, sonreír y escribir, también...
para ese amor que florece y renace con fuerza en mí;
para esas manos que me tienen agarradas;
para esa mirada que que con celo me vigila;
para esa sonrisa que dibuja otra en mi cara;
para ese sueño que, a veces, se escapa de la noche y quiere volar de nuevo a tu mente;
para esas gaviotas que un día se encontraron, para no separarse jamás;
para esa onda que traza el viento al mecer el agua ;
para esa lluvia que no me moja cuando cae encima de mi pelo, simplemente me acaricia;
para el viento que al pasar a mi lado me abraza, sólo tengo que sentirlo...
Gracias, gracias por todo.
Charo Nieto