Es verdad que en internet circula de todo (de todo lo habido y por haber). Pero hoy veía un vídeo del que ya tenía noticia y no puede uno más que quedarse perplejo con lo que ve. Se trata de un video que insinúa una versión conspiracionista en el recuento de votos en las últimas elecciones. Se basa el buen conductor del mensaje en el manejo de una serie de datos (como en un gazpacho) de lo más peregrinos para apoyar tal teoría. Y sobre todo se basa en el vuelco electoral que sobre lo que se preveía se dio esa noche.
Lo primero que argumenta es la tan notable diferencia habida entre las encuestas previas y el resultado final. Lo segundo era el cambio tan notorio que desde el comienzo se iba produciendo en los datos hasta el final. Y lo tercero en la duda de recuentos y el paso de datos a definitivos por las empresas que hacen llegar esos datos al gobierno. Vamos, una película de las del telón de acero o de tantas y tantas propias de país bananero. Sacaba a relucir también una carta de un integrante de mesa que también dudaba eso.
Yo también formé parte de una mesa electoral en unas generales hace un tiempo (además de integrar igualmente otras mesas en elecciones sindicales). Fueron también esas unas elecciones algo convulsas con la posterior debacle de un partido notorio. Doy fe del absoluto rigor de cómo se contaron todos los votos. Y varias veces. También que tuvimos que solventar hasta la madrugada un fallo por la no aparición de un voto (uno sólo). Cuando el fallo estaba en la repetición de un nombre de una misma persona en las listas. Contando y recontando hasta solventar ese error y ajustar y cerrar cuenta. Eso en presencia de los tres integrantes de mesa, de los correspondientes apoderados de partidos (tres), y del asesor del gobierno civil. Eso en mi caso. Y en el de otros familiares y amigos a los que tocó tal tarea (hasta las del pasado día veintiséis) pongo manos y manos en el fuego que en una sociedad civilizada, culta y educada, como pretende ser esta, no puede haber tales suspicacias en cuanto a eso. Que las cosas de la democracia en lo tocante al pueblo, se suelen hacer de forma escrupulosa y limpia, y dudar de eso es como dudar del universo. Faltaría más.
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