"Un poemario que reúne la verdad de un poeta de verso auténtico, con una dicción multiforme y personalísima", comenta el destacado escritor madrileño Jorge de Arco.
"Hace dos lustros escribí estos poemas. Luego los puse en el arcón, como recomendaba Horacio. Ahora los expongo, no como un homenaje más. Lo mío es un humilde tributo de lector y aprendiz de poeta (?) Les dejo cuarenta textos de voltajes distintos e interpretaciones múltiples". Con esta sincera humildad, se expresa Alfredo Pérez Alencart en la "Inscripción" que sirve de pórtico a su nuevo poemario "El pie en el estribo" (Edifsa. Salamanca, 2016, pintura de portada de Miguel Elías).
Este peruano del 62, poeta, ensayista y profesor universitario en Salamanca, es coordinador, desde 1998, de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos. Tiene en su haber dieciséis poemarios, y con esta nueva entrega, da un paso más en su rigurosa y exigente trayectoria.
El volumen cuenta con la singularidad de aunar dos poemarios en uno: o lo que es lo mismo, uno en las páginas pares, y otro en las impares. Leídos por separado o de forma correlativa, la intención de Pérez Alencart es la de conformar un personal mapa de territorios y protagonistas, que van del siglo XVI al XXI. De ahí que, Don Quijote y sus principales actores -Sancho Panza, Dulcinea?- se den la mano con Unamuno o el padre, el hijo y la esposa del propio autor, propiciando un diálogo donde la Historia de la humanidad sea nexo común y cómplice,
Estaba escrito
que cayera prisionero
en tu ondulación.
A medianoche
cuando te ciñen mis manos
una luciérnaga
anota en lo oscuro
el nombre del Amor
anota el poeta desde el lado íntimo de su escritura; mientras que en el envés de su cántico, el ingenioso hidalgo asoma sus cuitas:
"Abro el romancero y me creo un bertoldo
Abro otros librajos y ya soy amadís o galaor
Péname mi rostro de quijano si no remiendas tu amor
que sobreencuerpa para que no grite en otra calle
amándote hasta temblar sin apoltronarme"-