Los astados no dieron juego y tampoco estuvo fino con la estocada, por lo que fue despedido con silencio y pitos
Con la cara más triste por la muerte ayer de Víctor Barrio en Teruel, la Monumental de Navarra acogía este domingo la sexta de abono de la Feria del Toro. El hierro de Pedraza de Yeltes debutaba con Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo haciendo el paseíllo.
De nombre "Joya" y con el número 23, nacido en octubre de 2011 era el primero de la tarde, muy serio por delante, con buen cuello, altón, de cara abierta y muy largo. Fue de categoría el puyazo de Curro Sánchez a ese toro, en todo el morrillo, levantando el palo y midiendo al toro perfectamente. Al quite entró Iván Fandiño por chicuelinas para que le esperara mucho en el primer par a Óscar Castellanos. Brindó al cielo Curro Díaz su labor para iniciarle faena al hilo de tablas con un animal que colocaba bien la cara pero acortó pronto el recorrido. Tenía nobleza el toro, pero tenía un cortísimo viaje que no hizo posible el lucimiento del jiennense. Con la espada, Curro dejó una estocada eficaz.
Tontillo llevaba por nombre el segundo, número 51, colorado de capa, de 625 kilos, muy fuerte y alto. Le pegó por los dos pitones un frenazo en el capote de Iván Fandiño. Juan Melgar fue el encargado del tercio de varas, quitando por chicuelinas el salmantino Juan del Álamo saliendo muy suelto el toro. Respondiendo a las complicaciones del toro fue la actuación palitroques en mano de Iván García, brindando al cielo Iván Fandiño en recuerdo de su compañero Víctor Barrio. En el centro del anillo comenzó su faena el de Orduña ante un toro que empezó a pararse y a soltar la cara en los siguientes compases. Las manoletinas finales, en los terrenos de sol que el toro marcó de salida, dieron alegría a un trasteo marcado por la anodina condición del toro. Lo mató en los mismos terrenos.
Dudalegre llevaba por nombre el negro mulato tercero, marcado con el número 3, nacido en octubre de 2011, con 585 kilos de peso. Tenía una cara más agradable que su hermano anterior, altón, con las manos largas y al que se impuso capote en mano Juan del Álamo, dándole sitio y llevándoselo hasta el centro del anillo. Se le clavó en la mano derecha la primera banderilla. Suave le inició el trasteo Del Álamo al astado de Pedraza. Desentendido en el toro estuvo el animal, por lo que tuvo que tirar de recursos Juan del Álamo por molinetes de rodillas. De algo más de media estocada tendida y caída, con algo de travesía, acabó con el toro el mirobriguense.
A regañadientes también salió un cuarto que no quiso ni rematar en los burladeros, sin ir franco en el prólogo y que tuvo que ir a por él Curro Díaz. Se frenaba el animal en el momento del embroque, algo que hacía complicado estar en su frente. Distancia le dio el jiennense para que entrase al caballo, pero no lo hizo con verdad. En la lidia de Óscar Castellanos, el toro pasaba sin decir nada, dejando las banderillas de forma eficaz la cuadrilla. No era fácil dejarle la muleta en la cara como se lo hizo Curro ante la evidente falta de entrega del de Pedraza. Fue incierto el toro en los embroques, pero la seguridad del veterano dejó detalles. En cercanías le plantó cara Díaz en el epílogo muleteril, cuando el toro terminó su fuelle. Silencio final para el torero.
Imponente de estampa era el quinto de la corrida, un toro largón, muy grande, de un volumen amplísimo. Rafael Agudo fue el encargado de darle en varas para que Diego Ramón Jiménez y Víctor Manuel Jiménez parearan ante la lidia de Iván García. La primera tanda tuvo emoción, pero se revolvía tras el embroque el animal y no permitía la colocación de Fandiño. Con la izquierda se cruzó el vasco, llevando como pudo los pitones amplísimos del astado, pero fue imposible. Porfió en el último compás muleteril, pero no fue posible ante lo deslucido del toro, que por si fuera poco manseó antes de entrar a matar.
Imponente de estampa era el quinto de la corrida, un toro largón, muy grande, de un volumen amplísimo. Rafael Agudo fue el encargado de darle en varas para que Diego Ramón Jiménez y Víctor Manuel Jiménez parearan ante la lidia de Iván García. La primera tanda tuvo emoción, pero se revolvía tras el embroque el animal y no permitía la colocación de Fandiño. Con la izquierda se cruzó el vasco, llevando como pudo los pitones amplísimos del astado, pero fue imposible. Porfió en el último compás muleteril, pero no fue posible ante lo deslucido del toro, que por si fuera poco manseó antes de entrar a matar y se tornó en complicadísimo. Además, le dio un volteretón a Victor Manuel Martínez al intentar descabellar.
Bello se llamaba un sexto que también tenía una cara y un cuerpo de gran volumen. Inteligente estuvo el torero salmantino para hacerle frente al animal en el primer tercio, estando profesionales los hombres de plata en banderillas. Debió cambiarle los terrenos en dos ocasionesen la faena a un animal que no embestía de verdad, q ue se paraba entre muletazo y muletazo, que estaba distraído en la primera serie y que parecía ir metido en la canasta pero no era nada verdad, pues se quedaba cortísimo. No servía para triunfar. Pasó, además, las de Caín para matar porque se tornó en peligroso el toro.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Sexta de la Feria del Toro. Corrida de toros.
Seis toros de Pedraza de Yeltes.
Fuente cultoro.com