La medida supone, especialmente, un nuevo varapalo para los aficionados a la caza y sobre todo para los rehaleros
A partir de la publicación de la Orden AYG/610/2016, de 31 de mayo, en el Boletín Oficial de Castilla y León el pasado 7 de julio, será obligatoria la vacunación anual contra la rabia de todos los perros censados en municipios de Castilla y León.
De esta manera, la Consejería de Agricultura y Ganadería modifica la norma que establecía la obligatoriedad de vacunar a aquellos canes que no hubieran sido vacunados durante el año anterior y tuvieran más de tres meses de edad el día treinta y uno de octubre del año correspondiente a la campaña de vacunación. Los propietarios de animales de la especie canina que pudieran acreditar documentalmente que habían vacunado a sus perros el año anterior, la vacunación tenía carácter voluntario.
Es decir, la vacunación contra la rabia en Castilla y León tenía una obligatoriedad bianual, y es competencias de las comunidades autónomas su aplicación. En comunidades como Galicia, Asturias, País Vasco y Cataluña la vacunación contra la rabia es voluntaria. Por el contrario, en comunidades como Extremadura o Andalucía, también en Portugal, la vacunación es obligatoria cada año.
En 2015 no se conoce ningún caso de rabia en España por mordedura de perro, no así en 2014, cuando saltó una alarma sanitaria en Toledo tras que se detectase un caso de rabia en un perro procedente de Marruecos y cuyo propietario era de Cataluña. Esto motivó que se sacrificasen 17 perros más que habían entrado en contacto con el primero, en su mayoría canes procedentes del País Vasco y Cataluña, porque no estaban vacunados.
También en 2014 murió una persona en España tras contraer el virus de la rabia, si bien el contagio se había producido en Marruecos.
Aunque el coste de la vacunación contra la rabia puede ser asumido sin demasiados problemas por cualquier propietario de un perro, la medida de la junta de Castilla y León es un golpe más a los propietarios de rehalas utilizadas para la caza mayor. La vacunación de una rehala puede suponer unos 200 euros más de gasto al año, lo que sumado al gasto que ya de por sí supone al año el mantenimiento de unos 25 perros con este fin, en muchos casos sus propietarios desistirán de continuar con esta afición.