Nos dejó muy pronto, en el año 2006, con 70 años, hace ahora, lo hará en noviembre, 10 años; un cáncer rápido nos lo arrebató en dramática desgracia
Carlos Manuel Perelétegui tenía aires de caballero atildado del siglo XIX, corte clásico, esbelta y estilizada figura y andar ceremonioso, como haciendo el paseíllo en una plaza de compromiso. Nos dejó muy pronto, en el año 2006, con 70 años, hace ahora, lo hará en noviembre, 10 años; un cáncer rápido nos lo arrebató en dramática desgracia.
Personalmente tengo mucho que agradecer a Carlos. Uno lo ve ahora, con la perspectiva del tiempo concluido y lo valora más y con más rendido afecto. Yo tenía una afición desmedida por escribir sobre toros; toqué varias puertas y la suya fue la más amable y respetuosa. Me dio oportunidades de publicar, me aconsejó y siempre me atendió con paciencia y generosidad. Con otras personas fue al contrario. Tengo muchos defectos pero el rencor nunca estuvo cerca de mí. No olvido y cuando alguien te echa una mano en momentos difíciles o de desorientación te queda impreso en la memoria. Siempre consideré a Carlos un amigo y un maestro de la literatura taurina.
Me dejó descolocado su fallecimiento. Siempre lo recordaré como un hombre de gran corazón que me tendió la mano cuando lo necesité y al que admiré sin fisuras. A personas de su clase y categoría no se las puede olvidar.
(Fotos: Pepeles del Novelty 2006)