Miguel Cid presenta sus Memorias en una sesión repleta de historias y anécdotas

El que fuera alcalde de Ciudad Rodrigo entre 1983 y 1991, Miguel Cid Cebrián, presentó en la tarde del viernes en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal las Memorias justamente de sus 8 años como primer edil de la ciudad.

La presentación tuvo un carácter especial, participando en el acto hasta 6 personas además del propio autor: el actual alcalde, Juan Tomás Muñoz, que en aquella época estuvo vinculado al Ayuntamiento e inició su etapa como informador; los exconcejales socialistas Manuel Belda (que estuvo en la legislatura 1983-1987) e Hilario Vegas (legislatura 1987-1991); los informadores de prensa José Casamar y Ángel Sánchez Peinado; y el editor del libro, Benjamín Forcano.

Según el propio autor expresó, tenía en mente desde hace años editar este volumen, "al ver que hay cosas en Ciudad Rodrigo que no se sabe de donde habían salido". Como apuntó Manuel Belda, el libro sirve para "refrescar lo vivido", y para conocerlo quién no lo conozca, añadiendo Juan Tomás Muñoz que es "una autopsia de la gestión municipal en un período emblemático para Ciudad Rodrigo", una etapa "halagüeña y edificante, en la que se sentaron las bases" de muchas cosas, "cambiando la imagen de una ciudad enquilosada".

Manuel Belda también indicó en esta línea que con Miguel "arrancó la etapa de cambio y transformación de Miróbriga: había tanto por hacer y se hicieron tantas cosas?", mientras que para Ángel Sánchez Peinado, "se notó el aire fresco". Para el editor del libro, "rompió los posos del postfranquismo y abrió la ciudad a nuevos tiempos", por lo que "lejos de olvidarlo, es un referente histórico de un presente ilusionado y un futuro prometedor".

En este sentido, Miguel Cid resaltó por ejemplo que el pregón de la Semana Santa "lo inventé yo", pese a ser un alcalde socialista, y que fue en su mandato cuando se compró la isla de El Picón (que era privada), la antigua fábrica de harinas de La Concha, el Convento de San Francisco o el Teatro Nuevo, del que hablaron varios de los ponentes.

Por ejemplo, Hilario Vegas expresó que "quién se imagina esta ciudad sin el Teatro Nuevo, sin las pistas de atletismo, etc.". En torno al Teatro, Manuel Belda compartió el argumento añadiendo que "fue un logro que nunca valoramos lo suficiente". Además, se resaltó que se impulsaron otros servicios municipales como la depuradora o la recogida de residuos.

Juan Tomás Muñoz ?que firma el prólogo del libro- dijo que fue un alcalde "que dejo impronta para bien o para mal"; Hilario Vegas destacó su gran "espíritu de trabajo", indicando además que "era difícil rebatirle un proyecto: tenía claro el horizonte, llevarlo a cabo".

Por su parte, Manuel Belda resaltó que Miguel Cid es "tenaz, trabajador, resolutivo; tenía la capacidad de agarrar el toro por los cuernos" considerando que fueron "8 años de compromiso y sacrificio". El propio Miguel Cid dice que lo que intentaron fue "tratar de resolver los problemas de los ciudadanos". En este sentido, Juan Tomás Muñoz pidió a los mirobrigenses de hoy que "sean reivindicativos, que no nos dejen descansar".

Durante esos 8 años, hubo anécdotas muy curiosas, algunas de las cuales se repasaron en el acto, como cuando Arturo Regalado tuvo que hacer en una noche una placa para la inauguración de la Casa de la Cultura por parte de los Reyes, o como cuando los protagonistas del Martes de Carnaval de 1991, cuando ya iba a dejar de ser alcalde, fueron "todos coloraos", en un guiño que había sido propuesto por otro concejal que se marchaba, Daniel Merino.

También hay una parte crítica

El libro, cuyo título completo es Miguel Cid Cebrián. Memorias de un alcalde. Ciudad Rodrigo 1983-1991, cuenta con hasta 180 fotografías para ilustrar los 15 capítulos de los que se compone. En torno a esas fotografías, Miguel Cid apuntó que le causaban "tristeza" por las personas que ya han fallecido ?se incluye una semblanza sobre Juan Sánchez Tosal, fallecido en aquella época-. Asimismo, el autor confesó que se le había olvidado "alguna cosa" (por ejemplo, sobre urbanismo), por lo que animaba a que se agotara la primera edición para así sacar una segunda ampliada.

El libro ya viene de base con un capítulo de 'Errores', en este caso de los cometidos durante su etapa como alcalde, como por ejemplo cuando denunció en los Juzgados a La Voz de Miróbriga. Miguel Cid expresa que "la prensa está para criticar a los políticos, no a la inversa".

Durante el acto, esta publicación también se puso sobre la mesa cuando el que fuera su responsable, Pepe Casamar, ensalzó sus valores -como que aguantó más de 60 años-, después de que en el libro "menosprecies a mi semanario y a mí como director". Pepe Casamar aseguró tener la obligación de "defenderla, porque es como una hija para mí".

Pepe Casamar reconoció que sus críticas fueron "a veces descarnadas, pero ajustadas en cuanto al fondo, porque mis informaciones y opiniones estaban basadas y amparadas en documentación oficial". Según apuntó, las críticas "podían haber sido más suaves, pero sólo tú y yo sabemos porque se endurecieron". Eso sí, Pepe Casamar aseguró que hay una amistad "vieja y sincera". Además, con la perspectiva de las tres décadas, indicó que "es de justicia decir que las luces superaron muy sobradamente a las sombras" durante el mandato de Miguel Cid.

El punto de vista opuesto es el que se ofrece sobre otro informador, Ángel Sánchez Peinado, quién explicó que Miguel Cid dice en el libro que era "correctísimo" en sus informaciones. Ángel Sánchez Peinado explicó que su salida de La Gaceta tras 12 años de trabajo "fue debida al tratamiento que di a Miguel Cid", indicando que se le censuraron informaciones que perjudicaban a un concejal de Alianza Popular. Peinado apuntó que "fue una época difícil para los que no admitían que los mirobrigenses hubieran elegido un alcalde socialista". En este sentido, resaltó que fue "la única vez" que Ciudad Rodrigo ha votado mayoritariamente a un primer edil del PSOE.

Miguel Cid reflexionó que ellos ganaron las Elecciones (sin mayoría absoluta) porque el PSOE estaba en la cresta de la ola a nivel nacional ?con 202 diputados-, pero que buscó la unión, y "me entendí enseguida con la oposición, sin líneas rojas", repartiendo delegaciones a todos los concejales. El editor del libro resaltó precisamente su "empeño para integrar a todos".

Para Miguel Cid, "fue esa unión la que nos dio la fuerza para seguir adelante", sorprendiéndole el "galimatías" que hay a nivel nacional: "me preguntó por qué no habrá sensatez para hacer las cosas". Concluido el acto de presentación, se pudo disfrutar de un vino español en el propio Teatro Nuevo.