A esta medida de la Consejería, se suma la reducción del personal en verano "sin sustitución o reposición"
El PSOE de Salamanca muestra su rechazo y se opone a los planes de la Consejería de Sanidad de la Junta para cerrar durante el verano más de cien camas en el Hospital de Salamanca.
De llevarse a cabo esta medida, serían 40 camas más que el año pasado las que dejarían de estar disponibles para los pacientes y la asistencia sanitaria en Salamanca, o lo que es lo mismo, el cierre de camas en el Hospital de Salamanca no sólo se reducirá o se eliminará este año sino que aumentará en más de un 60% con respecto al año pasado.
Un nuevo recorte sanitario al que el PSOE no sólo se ha opuesto sino que ya ha presentado varias acciones para evitarlo. En el último Pleno del Ayuntamiento de Salamanca celebrado el pasado viernes día 5 de mayo, el Grupo Municipal Socialista instaba al alcalde, Alfonso Fernández Mañueco, al que hay que recordarle que también es Procurador en las Cortes, que realizase de manera inmediata las gestiones oportunas ante la Junta, y ante la Consejería de Sanidad, para que la actividad del hospital no se viera afectado por este cierre indiscriminado y exagerado de camas.
De igual forma, el Procurador del PSOE por Salamanca, ya ha anunciado la presentación de otra iniciativa en las Cortes de Castilla y León solicitando un informe o las razones que justifiquen el cierre de camas.
En este sentido, el PSOE recuerda que Salamanca cuenta con las mayores listas de espera de la región. En el primer trimestre de este año, a fecha del 31 de marzo, eran 6.354 pacientes los que en Salamanca estaban pendientes de una intervención quirúrgica, una lista que va a aumentar si se lleva a cabo el previsto, y parece ya iniciado según algunas noticias, cierre de camas, consolidando de esta forma el atasco que tienen los quirófanos del Complejo hospitalario salmantino, además de la realización de traslados de pacientes entre unidades que no son las que les corresponden por sus dolencias, o las altas de forma precipitada. A este cierre de camas se suma la reducción del personal en verano y que cuenta con una escasa o nula sustitución o reposición. Un ahorro en personal que incide de manera directa también en las listas de espera tanto de intervenciones quirúrgicas como de consultas de especialidades y en el colapso de las urgencias.
Es evidente que todo lo apuntado provoca un nuevo deterioro en la asistencia sanitaria pública. Además de incrementar el número de pacientes en lista de espera, supone también una reducción en servicios fundamentales y una disminución de la calidad asistencial con perjuicios tanto a pacientes como a los profesionales en intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnosticas y atención especializada.