La obra, en la planta inferior del Centro Cultural de Caja Duero, rebosa color y vida
Desde que naciera allá por 1931 en Madrid, hasta su fallecimiento en 2012 en Peñaranda de Bracamonte, Carmen Notario fue una mujer con una gran vitalidad y eso quedó plasmado en su obra. Así lo ha querido mostrar su hijo, sacando a la luz la propia luz que desprenden cada uno de los cuadros que pintó su madre y en los que se ve su evolución como pintora.
Una vida a través de la pintura; un colorido viaje sobre las olas del mar a través de los sueños y los sentimientos, entre labradores, toreros, capirotes y la naturaleza en todo su esplendor, para el que vale la pena sacar billete.
Texto: Álex López
Fotografías: Álex López